Nacido en Villach, Austria, en 1921.
Tras estudiar filosofía y lenguas modernas en la Universidad
de Venecia y, posteriormente, hizo prácticas de psicoterapia
en el Carl Jung-Institut de Zurich, Suiza. Entre 1957 y 1960
ejerció
como docente en la Universidad de San Salvador, antes de integrarse
en el Mental
Reserach Institute de Palo Alto, California, donde permanecerá
hasta el final de su carrera académica, que incluye
la docencia en la universidad de Stanford. Trabaja cerca de Bateson y
Don Jackson. Con Jackson y Beavin publicó en 1969 Human
communication, en el que se sientan las bases de su construccionismo
sistémico que girará en torno a la comunicación
y la percepción de la realidad. Es doctor ‘honoris
causa’ por las Universidades de Lieja, Burdeos y Buenos
Aires. Falleció en Palo Alto (California) el 31 de marzo
de 2007.
Entre los libros traducidos a la lengua española: Teoría de la comunicación humana (con
Janet Beavin y Don Jackson), Herder, Barcelona, 1981; Cambio (con
John Weakland y Richard Fisch), Herder, Barcelona, 1976; ¿Es
real la realidad? Confusión, desinformación,
comunicación, Herder, Barcelona, 1979; El Lenguaje
del cambio, Herder, Barcelona, 1980; La realidad inventada. ¿Cómo
sabemos lo que queremos saber? (comp.), Gedisa, Buenos
Aires, 1988; La construcción del universo. Conceptos
introductorios y reflexiones sobre epistemología, constructivismo
y pensamiento sistémico (con Marcelo R. Ceberio),
Herder, Barcelona, 1998.
PENSAMIENTO
Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Teórico sobresaliente de la Escuela
de Palo Alto, California, encuadrado dentro del constructivismo
sistémico, con una orientación analítica
definida a través de los procesos psicológicos
de la comunicación. En su libro Pragmatics of
Human Communication, publicado con Janet
Beavin Bavelas y Donald D. Jackson, se establecen los
cinco axiomas básicos del proceso de interacción
humana.
En su segundo axioma, Watzlawick distingue entre los conceptos
de comunicación analógica y comunicación
digital. La analógica se caracteriza por la similitud
entre lo que se quiere transmitir y el modo de comunicación;
forma parte de la esencia humana, de las relaciones humanas,
de modo que la comunicación entre personas de dos lenguas
distintas, aun cuando no se comprendan, permite un alto grado
de entendimiento gestual, expresivo. Hay, pues, un contexto
comunicacional que da sentido a la interacción humana
e incluye valores culturales como los ‘modales’ personales,
la sensibilidad compartida, los perfumes, etc.
Entre los postulados teóricos de Watzlawick cabe citar
el de la construcción comunicativa a `partir de dos
elementos: el contenido –lo que se quiere comunicar-
y el contexto de la comunicación –las circunstancias
ambientales de la interlocución-. El segundo envuelve
al primero y adquiere el carácter de metacomunicación.
La comunicación analógica aparece en el orden
de lo no verbal, mientras que la comunicación digital,
en la que incluye los lenguajes, tiene un carácter más
abstracto.
Los códigos analógicos crean, pues, las envolventes
de los códigos digitales (las lenguas y los lenguajes)
y sólo ambos, analógicos y digitales, dan sentido
a la comunicación. Lejos, pues, de las teorías
funcionalistas, donde el protagonismo está en el emisor
y el receptor parece tener un carácter pasivo y uniforme.
Comunicar es, para Watzlawick, un proceso de interacción,
de formación del conocimiento.
En Watzlawick encontramos una constante en el análisis
para la comprensión de la realidad. Aparece también
aquí
una visión dicotómica, ya que distingue entre
realidades de primer rango, descritas por la objetividad de
su estado físico, y de segundo orden, en las que interviene
la subjetividad compleja del significado que les atribuimos.
No hay, pues, una ‘realidad real’, sino representaciones
de la realidad, donde también intervienen los imaginarios ‘patológicos’,
las visiones supuestamente distorsionadas. En este sentido,
la salud y la enfermedad mentales no son tasaciones de una
interpretación cierta e inmutable, sino que están
relacionadas con referencias y códigos sociales y culturales.
La realidad aparece como un suceder ajeno e independiente de
la propia sociedad. Watzlawick analiza la percepción
y la comunicación como instancias constructivas, como
protocolos de innovación, como construcción social
de la realidad, y no como meras constataciones de lo que ocurre,
de la realidad externa... La realidad es fruto de la convención
interpersonal y social, de los atributos que se asignan en
un momento y lugar a las diferentes partes de esa ‘experiencia’
de realidad. Por eso, la realidad no es una, sino que la forman
sensaciones, visiones e interpretaciones.