Sobre estas líneas, William Bateson (1861-1926),
biólogo británico, padre de Gregory Bateson.
Las filmaciones, habituales en la recogida de datos
de Bateson.
Con Margaret Mead y la hija de ambos, Mary Catherine.
Gregory Bateson
(1904-1980)
PERFIL
BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Biólogo y antropólogo,
con recorridos analíticos por la psiquiatría,
la psicología, la sociología, la comunicación
y la ecología. Nació en Grantchester, Reino
Unido, en 1904, en el seno de una familia de científicos
aristócratas. Su padre, un prestigioso investigador
de la evolución genética (William Bateson,
1861-1926), había profundizado en las ideas de Mendel.
Entre 1917 y 1921, estudió zoología en la
Charterhouse School de Londres y, posteriormente, biología
en el St. John’s College de Cambridge, estudios que
combinó con sus primeros trabajos de campo en Nueva
Guinea, que prosiguió más tarde en Bali, con
la que durante un tiempo fue su mujer, Margaret Mead, prestigiosa
antropóloga con quien publicó Balinese
Carácter. A Photographic Analisy (Nueva York,
1942), un libro en el que ya hace un recorrido sobre el
valor de los soportes de representación mediática
como instrumentos para el ‘repensar’ analítico
del investigador.
En 1939 se trasladó a Estados Unidos, donde vivió
el resto de su vida, nacionalizándose como norteamericano
en 1956. Trabajó en el Museo de Arte Moderno de Nueva
York, donde analizó la propaganda nazi a través
del cine. Después de numerosas investigaciones antropológicas
en diversos lugares del mundo, viajó a California,
donde se unió a la Escuela de Palo Alto ('el colegio
invisible', como fue conocida) y al Mental Research Institut
(MRI). Su personalidad científica fue pronto reconocida
y, en 1942, participó en el foro de la Macy
Conference, con la presencia de los abanderados de la
innovación del pensamiento científico en los
Estados Unidos. Trabajó inicialmente en la Langley-Porter
Clinic de San Francisco como investigador asociado en Psiquiatría
y Comunicaciones (1949), con especial atención a
las relaciones entre la esquizofrenia y la comunicación
(teoría del ‘doble vínculo’),
al tiempo que publicaba con Jurgen Ruesch, estudioso de
los fenómenos de realimentación (feedback),
el libro Communication: The Social Matrix of Psychiatry
(1951). Profesor de antropología en la Universidad
de Stanford, profundiza en los mecanismos de la comunicación
animal, con experiencias y estudios que ocuparán
amplios periodos y distintas especies (pulpos, delfines,
moluscos, etc). En 1959, trabaja para el Mental Research
Institute de Palo Alto, fundado por Don Jackson. En 1964
se traslada a Hawai, donde es nombrado jefe del departamento
de biología del Oceanic Institute de Waimanalo. Profesor
de antropología y etnografía de la Universidad
de California en Santa Cruz (1972-1978). Sus dos últimos
años de vida los pasó en el Esalen Institute
de California.
Bateson con Margaret Mead, en 1938.
Entre sus libros más destacados: Naven,
Stanford University Press, Stanford, 1936; Communication:
The Social Matrix of Psychiatry (con Jurgen Ruesch),
Norton and Company, Nueva York, 1951; Steps to an Ecology
of Mind, Ballantine Books, Nueva York, 1972, y Mind
and Nature: A Necessary Unity, Bantam Books, Toronto,
1979. Libros póstumos, con trabajos y artículos
significativos de su trayectoria intelectual: Angels
Fear: Towards an Epistemology of the Sacred, Bantam
Books, Toronto, 1987, y A Sacred Unity: Further Steps
to an Ecology of Mind, Harper Collins Pub., Nueva York,
1991.
Han sido traducidos: Pasos hacia una ecología
de la mente (ed.), Eds. Carlos Lohlé, Buenos
Aires, 1972; Espíritu y naturaleza, Amorrortu,
Buenos Aires, 1982; Comunicación: la matriz social
de la psiquiatría (con J. Ruesch), Paidós,
Barcelona, 1984; A natureza e o espírito. Uma
unidade necessária, Lisboa, Dom Quixote, Lisboa,
1987 (Francisco Alves, Rio de Janeiro, 1993); El temor
de los ángeles. Epistemología de lo sagrado
(con Mary Catherine Bateson), Gedisa, Barcelona, 1989; Naven,
una ceremonia Iatmul, Jucar, Madrid, 1990; Una
unidad sagrada. Nuevos pasos hacia una ecología de
la mente, Barcelona, Gedisa, 1993.
PENSAMIENTO
Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Uno
de los pensadores más relevantes del pasado siglo,
si bien su proyección intelectual no se compadece
con su reconocimiento académico. La tensión
apasionada de su investigación se manifiesta en
múltiples vertientes, tan amplias y varias como
el espectro universalista que describe la formación
de Bateson. Su obra, que tiene momentos de solidez fundacional,
se basa más, sin embargo, en sugerencias brillantes,
en planteamientos que no siempre abandonan el estadio
de las hipótesis, en las intuiciones del sabio;
en construcciones que no niegan las contradicciones, las
dudas, el carácter relativo de la especulación
teórica (hay aquí un anticipo del ‘descreimiento’
postmoderno). Bateson es un heterodoxo de un gran fortaleza
creativa, por lo que muchos de sus planteamientos se abren
paso, como claves interpretativas y herramientas metodológicas,
en desarrollos teóricos que le suceden.
Incómodo entre los corsés rígidos
de las disciplinas exclusivistas y excluyentes, predicó
una epistemología evolutiva y transdisciplinaria.
Huyó de las prisiones científicas del cartesianismo.
Su personalidad fue una de las más relevantes de
la ‘escuela invisible’ de Palo Alto, en el
que se articuló la investigación coral de
sociólogos, lingüistas, psicólogos,
psiquiatras, biólogos en torno a un punto de encuentro
transdisciplinario: la comunicación.
Para Bateson, la mente, el espíritu, el pensamiento,
la comunicación –hay un todo envolvente que
sobrepasa el recorrido semántico de cada uno de
los sustantivos-, constituyen la dimensión externa
del cuerpo, que forma parte de la realidad de cada individuo,
del ser humano. El cuerpo traspasa el perímetro
biológico a través de las extensiones de
la mente, de su alcance comunicativo, y los efectos de
esas extensiones, de sus trazos informativos, se convierten
en instrumentos de cohesión psicológica
y social, de interacción, identidad y pertenencia
a un contexto dado.
Desde su percepción evolucionista, analizó
las transformaciones sociales a partir del comportamiento,
de las conductas. Confrontó la base pasional e
intuitiva del ser humano con el orden y el conflicto,
la estabilidad y el cambio; con la lógica de las
construcciones culturales y sociales. La comunicación
aparece aquí como un proceso determinante de la
evolución.
A partir de la cibernética, que aparece en el centro
de las seducciones intelectuales de su biografía
(tuvo relación personal con Norbert
Wiener desde 1947) y de las inquietudes fundacionales
de la escuela de Palo Alto, la comunicación redobla
su valor como instrumento de comprensión e intervención
sobre la realidad en sus múltiples proyecciones.
Mente y cuerpo tienen su paralelismo en el software
y en el hardware, de modo que muchos de los procesos,
pero también las patologías, pueden ser
interpretados a partir del estado del cuerpo y de la información
que circula a través las extensiones corporales.
A partir de la que denomina teoría del ‘doble
vínculo’, analiza los problemas de las inducciones
esquizoides derivadas de las contradicciones informativas
bipolares en procesos de comunicación como los
que se dan entre madre e hijo. Y, por consiguiente, mediante
el análisis de los flujos informativos, las interacciones
y retroalimentaciones, también intervenir terapéuticamente
sobre el espacio de los actores de la comunicación.
Vertientes de la neurolingüística o de la
psicología comunicacional que abren con Bateson
un campo experimental nuevo, al tiempo que una meta: la
formulación de una teoría sistémica
de la comunicación.
Concepciones y planteamientos a los que se les puede dar
un claro alcance mediático (Bateson afirma que
el concepto de comunicación "incluye todos
los procesos a través de los cuales la gente se
influye mutuamente"). Podría decirse que si
para Bateson la comunicación hace posible la relación
entre los seres humanos, los medios son instrumentos determinantes
en la estructuración social. Se puede advertir
asimismo un ‘doble vínculo’ en la acción
comunicativa de la televisión, al menos por lo
que al valor de nutrientes psicológicos tiene en
la formación cognitiva. Aquí también
se producen contradicciones entre un orden pregonado y
un orden vulnerado, circunstancia que puede llegar a crear
un ‘contexto patógeno’ a través
de las experiencias repetidas y continuadas en los segmentos
de audiencia más desprotegidos.
Para Bateson, la comunicación está determinada
por el contexto en el que se produce. Toda comunicación,
viene a decir, exige un contexto, porque sin contexto
no hay significado, no hay valor diferencial que genere
información (la información es una diferencia
que hace la diferencia...). Bateson recrea una visión
sistémica e interdisciplinaria de los procesos
comunicativos. La ‘metacomunicación’
o el ‘metamensaje’ es la evolvente del conocimiento
que da sentido, contextualiza, clasifica la comunicación
o el mensaje; incluso, crea vínculos o estructuras
de diálogo con otros ambientes o contextos. Bateson
concibe los procesos comunicacionales con un carácter
circular y evolutivo, donde el feedback tiene
una importancia decisiva.
Su obra, en la que se encuentran huellas que van de Darwin
a Russell, o de sus más
cercanos Birdwhistell
y Wiener, trata de esbozar una
nueva teoría de la comunicación, con influencias
sobre numerosos autores contemporáneos.
Perfiles biográficos y académicos. Marcos epistemológicos y teóricos de la investigación en Comunicación.
Plan Nacional de I+D, CSO2013-47933-C4-3-P | Ministerio de Economía, Industria y Competitividad