Luria
ante el río Moscova, con el Kremlin al fondo
(1962).
Portadas
de dos ediciones
inglesas de textos de Luria.
Alexander
R. Luria (1902-1977)
PERFIL
BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Nació en Kazán, Rusia,
en 1902, de familia judía de origen sefardí.
Estudió en la universidad de su ciudad natal, donde
se licenció en medicina y, posteriormente, se doctoró
en psicología. Su interés por la psicología
se acentuó con la creación de la Asociación
Psicoanalítica de Kazán, y de sus lecturas
en alemán de los teóricos del psicoanálisis,
en especial de Freud y Jung.
Inició su actividad académica como profesor
de la Academia de Ciencias pedagógicas de la URSS.
Catedrático de neuropsicología y psicofisiología
en la Universidad Lomonosov de Moscú. Trabajó
durante años, cerca de Vygotsky,
que ejerció una influencia decisiva en la dirección
de sus trabajos, en el Instituto de Psicología
de la capital soviética, del que fue su secretario.
En 1925, se pronunció críticamente acerca
de la doctrina conductista de Pavlov,
que le apartará de la élite científica
oficial de la URSS, al menos hasta la muerte de Stalin.
Luria abandonó sus comparecencias públicas
y se centro en el estudio de la afasia y de la relación
entre el habla y el pensamiento.
Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en Kisegach
con los enfermos de lesiones y tumores cerebrales, relacionando
estas patologías con sus efectos sobre la cognición,
lo que le permitió sentar las bases científicas
de la neuropsicología. Mediante tests sobre la
expresión psicológica de los pacientes advertía
los trastornos cognitivos y, a partir de éstos,
diagnosticaba la localización precisa de los tumores
para que interviniesen los cirujanos.
En 1968 ingresó en la National Academy of Sciences
de Estados Unidos. Siguió trabajando en Moscú
hasta su muerte en 1977.
Entre sus libros traducidos a las lenguas española
y portuguesa: Sensación y Percepción,
Martínez Roca, Barcelona, 1975; El papel del
lenguaje en el desarrollo de la conducta, Cartago,
Buenos Aires, 1979; Lenguaje y comportamiento,
Ed. Fundamentos. Madrid, 1984; Psicología y
Pedagogía (con otros), Akal, Madrid, 1986;
Desarrollo histórico de los procesos cognitivos,
Akal Universidad, Madrid, 1987; Conducta verbal,
Ed. Trillas, Ciudad de México, 1988; El cerebro
en acción, Orbis, Buenos Aires, 1988; Fundamentos
da neuropsicologia, Edusp, São Paulo, 1981;
Linguagem e desenvolvimento intelectual na criança
(con F. J. Yudovich), Artes Médicas, Porto Alegre,
1985; Pensamento e linguagem: as últimas conferências
de Luria, Artes Médicas, Porto Alegre, 1986;
Linguagem, desenvolvimento e aprendizagem (con
otros), Ícone, São Paulo, 1988; Desenvolvimento
cognitivo: seus fundamentos culturais e sociais,
Ícone, São Paulo, 1990; Curso de psicologia
geral, 4 volúmenes, Civilização
Brasileira, Rio de Janeiro, 1991; A construção
da mente, Ícone, São Paulo, 1992.
PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Inició sus investigaciones con
el propósito de crear un nuevo marco teórico
del comportamiento, convencido de que era imposible indagar
en las profundidades del cerebro desde los presupuestos
fenomenológicos y naturalistas. Para descubrir
las fuentes de acción del individuo era necesario,
señalaba, salir de los límites del organismo,
fuera de la esfera íntima de la mente, y analizar
las formas objetivas de la vida social. Buscar las fuentes
de la conciencia humana y de la libertad en la historia
social de la humanidad. Conocer qué mecanismos
sensoriales favorecen la interrelación con determinados
procesos culturales para desencadenar las funciones psicológicas
de los adultos. En 1924 entabló relación
con Lev Semionovich Vygotsky,
en el Instituto de Kornilov, hecho que va a tener una
influencia decisiva en sus futuros trabajos, en los que
también se asoció a Leontiev.
Luria forma parte de la escuela psicológica histórico-cultural.
En su obra se advierte la influencia de pensadores como
Dilthey y su filosofía de la cultura y de la historia,
así como de las corrientes psicoanalíticas,
en especial de Freud y Jung.
Su aproximación al psicoanálisis suponía
acercarse a la visión individualista de Freud,
difícilmente compatible, como observaron sus críticos,
con los presupuestos del materialismo dialéctico.
Trabajó, no obstante, para encontrar un paradigma
psicológico construido a partir de los escenarios
de la cultura y de la historia. Realizó a tal fin
amplios trabajos de campo sobre poblaciones de la URSS
sujetas a grandes cambios históricos y culturales,
con objeto de conocer qué tipo de efectos habrían
producido esas transformaciones revolucionarias sobre
la psicología de sus habitantes.
Luria observan una mediación cultural en el proceso
de construcción de la psicología humana,
fenómeno que ya se aprecia en la formación
de los niños, de modo que dos estructuras biológicas
gemelas desarrollarían personalidades diferentes
en distintos ambientes o entornos sociales.
Son muy distintos los campos sobre los que investiga o
sobre los que convergen sus inquietudes científicas.
Son significativas sus aproximaciones a la psicolingüística
o a los estudios de la formación y fijación
de la memoria, con el análisis de casos singulares,
como el del paciente Shereshevsky, con una memoria portentosa,
pero incapaz de elaborar respuestas propias y trabajar,
que ilustra su muy interesante libro The mind of a
mnemonist, publicado en 1968.
Para Luria, el lenguaje tiene una importancia decisiva
en la creación de una dimensión psicológica
del individuo social. Sin un lenguaje, la psicología
individual se establece sobre una relación con
el mundo de cosas visibles, de experiencia directa. Esas
cosas y, en general, todas las cosas, incluso las no visibles,
pasan a tener un registro, una denominación con
el lenguaje. La palabra, dice Luria, multiplica el ambiente
referencial del individuo y rompe el binomio experiencia-conocimiento.
El lenguaje se convierte, además, en un instrumento
de comunicación, en un transmisor de experiencias
propias y ajenas, por lo que el ser humano adquiere una
nueva dimensión de su conciencia, que le permite
formar imágenes subjetivas del mundo objetivo.
Desarrolla la capacidad de abstracción y, por consiguiente,
del pensamiento, al tiempo que crea códigos de
acceso a las cosmovisiones, a las interpretaciones, etc.
Pero si el lenguaje alcanza ese valor fundacional en el
proyecto social del ser humano, la alfabetización
representa una ampliación del ambiente cultural
en el que se sustenta el desarrollo psicológico.
Para Luria, la alfabetización juega un papel transformador
en la psicología del individuo, ya que ésta
se ve reforzada y ampliada por la estructuración
del conocimiento, la inquietud personal, el enriquecimiento
de la capacidad de abstracción, etc. El papel de
la alfabetización lo analizó Luria mediante
uno de sus rigurosos trabajos de campo, pionero entre
los estudios transculturales, con grupos de personas alfabetizadas
y analfabetas en la región asiática de Uzbekistán,
entonces territorio de la URSS sometido a los profundos
cambios derivados de la revolución soviética.
La capacidad asociativa de los grupos analizados variaba
sistemáticamente según el nivel de alfabetización,
poniendo de manifiesto el papel de mediación semiótico-cultural
de la escritura y el alcance de la cultura en la formación
de la personalidad psicológico-cognitiva.
Perfiles biográficos y académicos. Marcos epistemológicos y teóricos de la investigación en Comunicación.
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