La
decodifocadora 'Bombe', en la que trabajó
Turing.
Dos
imágenes de un 'Colossus'.
Trabajaba con un lenguaje binario y su estructura, que tenía
unas dimensiones de 3,0 x 2,3 x 1,2 metros, empleaba hasta
2.400 lámparas de vacío. Sin embargo su velocidad
de procesado no superaba los 5.000 ciclos por segundo (Hzs).
El
ACE (Automatic Computing Engine) desarrolaldo en
Mánchester.
Alan Turing
(1912-1954)
PERFIL
BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Alan
Mathison Turing nació en Londres, Reino Unido, en
1912. Su infancia la vivió lejos de sus padres,
destinados por el gobierno británico en la India.
Se licenció en matemáticas en el King’s
College de Cambridge (1931), destacando por su extraordinaria
capacidad intelectual y por su creatividad, al tiempo que
mostraba excelentes condiciones en las competiciones atléticas.
Prosiguió estudios en la norteamericana Universidad
de Princeton, donde se doctoró con la tesis ‘Systems
of Login Based on Ordinals’ (1938). Durante su estancia
en Estados Unidos, trabajó como becario de John
von Neumann en el Institut for Advanced Studies.
Sus primeras publicaciones científicas aparecen cuando
aún no había cumplido los 25 años, y
en ellas se concibe ya un proyecto de máquina autómata,
un constructo abstracto de una computadora. En uno de sus
trabajos, en el que trataba de resolver el problema formulado
por Hilbert a principios de siglo –el Entscheidungsproblem-
sobre la existencia de un algoritmo de respuesta universal,
sienta las bases teóricas de la moderna computación.
En 1939, de regreso al Reino Unido, trabajó para el
Gobierno de Londres en los más avanzados proyectos
de criptografía, destinados a descifrar los mensajes
codificados por la máquina 'Enigma' del ejército
nazi, lo que le llevó a desarrollar la máquina
descifradora 'Bombe' y varias computadoras 'Colossus', que
fueron de una gran utilidad para los aliados y le supusieron
a Turing la Orden del Imperio Británico (1946). Posteriormente,
dirigió el proyecto Automatic Computing Engine (ACE),
que llegó a desarrollar la máquina de computación
más avanzada del momento y le permitió concebir
la idea de 'red neuronal'. Fue profesor de la Universidad
de Manchester (1948).
Se suicidó en 1954 en su casa de Wilmslow, Cheshire,
a los 42 años, después de un tratamiento de
castración química con estrógenos, sustitutivo
de la prisión, destinado a corregir su condición
homosexual, castigada en el Reino Unido como 'indecencia
grave'. Turing ingirió una manzana con cianuro para
quitarse la vida y existe la creencia de que el símbolo
de la marca de computadoras Apple -una manzana mordida- le
rinde homenaje.
Su trayectoria vital aparece recogida en el libro de Alan
Hodges Alan Turing: The Enigma (1983) o en Ted Gottfried, Alan
Turing, the Architec of de Computer Age (1996), dos
de las numerosas biografías existentes. También
hay facetas de su contribución científica en
Phillip Mirowski, Machine Dreams. Economics Becomes a
Cyborg Science (2002).
Portada
de la biografía de Ted Gottfried, Alan Turing,
the Architec of de Computer Age (1996).
PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
El pensamiento de Turing
comprende un amplio campo de reflexión, ya que su
concepción de las máquinas inteligentes, expuesta
en el trabajo ‘Computing Machinery & Intelligence’,
aparecido en la revista Mind (1950), supone una
visión científica y filosófica que está en
el origen de las grandes transformaciones que darán
lugar a la idea de una sociedad tecnológica de la
información. Las reservas y críticas a sus
planteamientos no se hicieron esperar, pero su visión
del futuro le llevaron a proyectarse al año 2000,
cuándo, según su previsión
"el empleo de las palabras y la opinión académica
habrá variado y se podrá hablar de máquinas
pensantes sin que se produzcan descalificaciones".
Toda función computable por la naturaleza humana es
computable, de acuerdo con la idea de Turing, por lo que
concibe como 'máquina universal'. No hay nada humano,
incluido el pensamiento, afirmaba Turing, que no pueda ser
reproducido por una máquina, por una máquina
pensante (‘thinking machine’). El 'test de Turing'
venía a dar respuesta acerca de la capacidad de las
máquinas. Desde una posición claramente conductista,
los comportamientos aparecían directamente guiados
por estímulos concretos. Por consiguiente, las pautas
de la conducta y de la acción podrían ser codificadas,
memorizadas y reproducidas a través respuestas sujetas
a la lógica causal. La complejidad, los lenguajes
máquina, los conceptos de algoritmo y programa, las
funciones de memoria, la noción de inteligencia artificial,
subyacen en la visión de Turing.
Perfiles biográficos y académicos. Marcos epistemológicos y teóricos de la investigación en Comunicación.
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