Imágenes
del 'pequeño Albert', el niño de once meses
al que Watson y su ayudante Rosalie Rayner sometieron a los
primeros experimentos de conductismo en seres humanos.
John Broadus Watson (1878-1958)
PERFIL
BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Nació en Greenville, Carolina
del Sur, Estados Unidos, en 1878. Se licenció en la
Furman University y fue el primer doctor en psicología
de la Universidad de Chicago (1903), centro en el que comenzó su
actividad como docente e investigador.
Alumno de James Rowland Angell, padre del funcionalismo psicológico
norteamericano, en Chicago trabajó cerca del biólogo
Jacques Loeb en el estudio del comportamiento animal, aspecto
que ya había abordado en su tesis acerca de la actividad
de aprendizaje en las ratas. También fue alumno de figuras
del relieve de John Dewey, George Herbert Mead y Addison W.
Moore.
En 1908 fue nombrado director del laboratorio de psicología
de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, donde trabajó
con Robert Yerkes, con quien estudia, entre otros aspectos,
la importancia de la percepción visual en la conducta
de los animales.
En 1913 publicó en la Psychological Review el
artículo 'Psychology as a behaviorist views it' ('La
psicología vista desde el conductismo', v.
en versión pdf, 562 k), en el que establece ya las
que van a ser las bases teóricas del conductismo y de
su pensamiento científico.
Durante la Primera Guerra Mundial perteneció al National
Research Council (NRC) y al Comité de Clasificación
de Personal del Ejército (CCPA). Alcanzó el grado
de comandante y trabajó en la pruebas psicológicas
de los pilotos de guerra.
Presidente de la American Psycological Association (1916).
La comunidad científica norteamericana criticó algunas
de sus investigaciones conductistas, como la que desarrollo
con el 'pequeño Albert', en 1919, junto a su ayudante/amante
Rosalie Rayner, con quien tendría una grave crisis sentimental,
circunstancias que le llevaron a abandonar definitivamente
la actividad universitaria. En 1920 ingresó
en la compañía J. Walter Thompson, de la que
fue su vicepresidente. En 1935 pasó a la compañía
publicitaria William Esty. Su éxito fue indiscutible
y su prestigio como psicólogo, especialmente en el ámbito
de la publicidad y de la psicología del consumo, creó
las bases de una escuela que llega a nuestros días.
Autor, entre otros, de Behavior: A textbook of comparative
psychology (1914), Psychology from the standpoint
of a behaviorist (1919), Behaviorism (1925) y Psychological
Care of Infant and Child (1928).
PENSAMIENTO
Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Watson se acerca a la psicología
desde una perspectiva funcionalista, objetiva o empírica,
de modo que nada existe que no pueda ser demostrado o, mejor,
sólo existe aquello que puede ser demostrado. El concepto
clásico de la psicología como ciencia de la mente,
definido a través de la introspección, pierde
sentido y comienza a concebirse a través de las manifestaciones
de la conducta humana (el 'behaviorismo'), mediante el estudio
de los comportamientos. Sus repetidos ensayos sobre los mecanismos
de estímulo-respuesta, inicialmente centrados en los
procesos de aprendizaje de los animales, que beben en las fuentes
de Paulov, aunque también en Thorndike, le llevan a
suponer que la conducta es controlable del mismo modo que se
controla el funcionamiento de una máquina. Ya que si
la conducta, como respuesta, es consecuencia de un estímulo,
aquélla puede ser prevista y controlada.
Los planteamientos de Watson estaban basados en llamativos
experimentos, como el del pequeño Albert de once meses,
al que sometió
a pruebas de causalidad inducidas, mediante las cuales logró
hacer variar su comportamiento hacia unos mansos ratones blancos
con los que jugueteaba. Bastó con asociar la presencia
de los ratones con unos fuertes ruidos para producir el sobresalto
y el rechazo del niño a los roedores. Estas pruebas
le procuraron una gran credibilidad en el mundo científico,
pero también en el comercial, especialmente en el campo
de la publicidad, que estaba basado en los estímulos
como activadores de la respuesta de compra. El conocimiento
de los mecanismos que generan las conductas consumistas y la
posibilidad de inducir científicamente los comportamientos
de los compradores se convirtió en una clave estratégica
para las grandes compañías. Watson ofrecía
soluciones científicas para el desarrollo del marketing.
Los mecanismos de persuasión se reforzaban a través
de técnicas psicológicas que Watson hacía
creíbles y dotaba de cuerpo científico a través
de su investigación empírica. Decía ya
en su primer ensayo científico, en 1913, que quería
acabar con el subjetivismo psicológico, con todo lo
relativo a sensaciones, percepciones, deseos o términos
como alma, mente, conciencia..., que pretendía desterrar
del vocabulario científico por tratarse de “concepciones
medievales”. Planteamientos que reafirma y argumento
en uno de sus libros de referencia: Psychology from the
Standpoint of a Behaviorist (1919).
Los planteamientos de Watson se expresaron en términos
cuasi fundamentalistas acerca de las bondades del conductismo,
hasta el extremo de presuponer que la acción sobre la
conducta de la persona era similar a la del artesano sobre
el barro de modelar. A partir de cualquier niño, afirmaba,
se le puede convertir en
"el profesional que se desee: doctor, abogado, artista,
gerente, pero también un mendigo o un ladrón".
Sin duda, Watson estableció las nuevas bases científicas
de la psicología, cuyos seguidores llegan hasta nuestros
días, a través de corrientes neoconductistas
que tienen una especial incidencia en el campo de la publicidad,
la propaganda y la persuasión en general.