El precedente más
destacado de diario digital sin referente impreso con
información confidencial fuera de nuestras fronteras
es el norteamericano
The
Drudge Report, más próximo al
formato de weblog, dirigido por el columnista de derechas
Matt Drugde y que fue el primero en hacer saltar, en
1998, el rumor de la relación entre Clinton y
Mónica Lewinsky que luego se convertiría
en un gran escándalo político. En España,
uno de los primeros medios de este tipo fue
Mi Canoa,
web dirigida por Fernando Jáuregui que tuvo que
indemnizar en el año 2002 a los jugadores del
Barcelona por publicar una información que supuso,
según la sentencia del denominado “Caso
Hesperia”
[11],
“una intromisión en su honor” tras
no poder demostrarse su veracidad.
Este caso, que provocó la venta del diario y
su posterior reconversión en
Diario
Directo, dejó claro que, tanto en la
red como fuera de ella, el trabajo periodístico
debe estar basado en hechos comprobados y no en meros
rumores o filtraciones, un aspecto que, relacionado
con cuestiones éticas, se debatiría poco
después en el IV Congreso de Periodismo Digital
de Huesca
[12], donde
se concluyó que un boletín de información
confidencial debe presentarse siempre advirtiendo a
sus lectores que se trata de una información
basada en el rumor y la confidencia y debe dársele,
además, un tratamiento distinto del de la noticia.
En esta ocasión también se hizo hincapié
a la importancia de que lo confidencial se inserte en
un medio que pueda responder a la solvencia de lo publicado.