Nacido en Susquehanna, Pennsylvania,
Estados Unidos, de familia puritana, estudió psicología
en Harvard, donde se doctoró en 1931. Desde edad muy
temprana desarrollo su interés por la técnica
y el funcionamiento de las máquinas, pero también
por la biología y el conocimiento animal. Influido
por los planteamientos de Pavlov y Watson, desarrolló una
amplia teoría sobre el conductismo radical, con una
influencia muy relevante en la psicología del siglo
XX.
Comenzó su labor docente en la Universidad de Minnesota
(1931-1940), antes de pasar a la Indiana University (1940-1948),
donde obtuvo una cátedra de psicología. En 1948
se incorporó
a la Universidad de Harvard, donde concluyó su excepcional
carrera académica.
Autor de: The Behavior of Organisms (1938); Walden
Two (1948); Science and Human Behavior (1953); Verbal
Behavior (1957); Cumulative Record (1959); The
Analysis of Behavior: A Program for Self-Instruction (1961); The
Technology of Teaching (1968); Contingencies of Reinforcement:
A Theoretical Analysis (1969); Beyond Freedom and
Dignity (1971); About Behaviorism (1974); Particulars
of My Life: Part One of an Autobiography (1976); Reflections
on Behaviorism and Society (1978); The Shaping of
a Behaviorist: Part Two of an Autobiography (1979); Notebooks (1980); A
Matter of Consequences: Part Three of an Autobiography (1983); Enjoy
Old Age: A Program of Self-Management (1983); Upon
Further Reflection (1987) y Recent Issues in the Analysis
of Behavior (1989).
En lengua española se han publicado, entre otros: Walden
Dos, Fontanella, Barcelona, 1968 (Martínez Roca,
Madrid, 1984; Círculo de Lectores, Barcelona, 2001); Ciencia
y conducta humana, Fontanella, Barcelona, 1970 (Martínez
Roca, Madrid, 1986); Mas allá de la libertad y la
dignidad, Martínez Roca, Madrid, 1972; La conducta
de los organismos, Fontanella, Barcelona, 1975; Sobre el
conductismo, Fontanella, S.A. Barcelona, 1977 (Martínez
Roca, Madrid, 1987); Autobiografía, 3 vols.
Fontanella, Barcelona, 1980; Tecnología de la enseñanza,
Labor, Barcelona, 1982; Aprendizaje y comportamiento,
Martínez Roca, Madrid, 1985; Sobre conductismo,
Planeta-De Agostini, Barcelona, 1994.
PENSAMIENTO
Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Skinner, en el rastro de Paulov, Watson
y otros conductistas, observó la conducta animal de
ratas y palomas, entendiendo que a partir de estos análisis
podría estudiar, con otras variables más complejas,
el comportamiento del ser humano. Pero en lugar de reforzar
la respuesta biológica -el reflejo condicionado en los
perros de Paulov-, buscó desencadenar comportamientos
voluntarios, modificar conductas en los animales. Son célebres
las experiencias descritas bajo el epígrafe
‘caja de Skinner’, dispositivo destinado a observar
y registrar la conducta animal ante determinados estímulos
y refuerzos positivos y negativos. Muchas de estas propuestas,
en un lenguaje narrativo novelado, las llevó a Walden
Two (1948), una visión utópica controvertida,
que describe una comunidad ficticia de un millar de personas,
en un entorno tecnológico avanzado, donde los problemas
de los individuos se ven resueltos por mecanismos que actúan
como filtros educativos sobre los niños destinados a
modelar sus comportamientos.
Skinner experimenta
con una de sus hijas, en compañía de
su mujer, sobre 1940. En Walden Two traza una ficción
científica sobre una Comunidad regida mediante
el control de las
conductas de los menores.
Aplicó su llamado conductismo radical
al estudio del comportamiento humano. De este modo distinguió
entre los refuerzos ambientales como determinantes de las conductas.
Los refuerzos positivos acentúan el comportamiento mediante
gratificaciones o recompensas, mientras que los negativos tienen
un carácter punitivo o de castigo. Su propuesta rehuye
la represión del castigo y entiende que los refuerzos
positivos son los que modifican las conductas de manera más
adecuada para la personalidad. Tanto en el campo de la pedagogía
como en de la comunicación social, por ejemplo, los
mensajes de temor cohesionan menos o sólo temporalmente,
mientras que los reforzamientos positivos consolidan la adhesión,
la identificación y el consenso.
Según B.F. Skinner, el lenguaje es adquirido a través
del aprendizaje, pero éste se forma mediante un refuerzo
selectivo en función de las gratificaciones de la socialización
percibidas por el niño. Hay, por consiguiente, una clara
relación estímulo-respuesta, un conductismo social
que marca el desarrollo de la conducta.
No existe una maldad innata en el individuo, sino la posibilidad
de desarrollar una responsabilidad personal que, mediante el
conocimiento inteligente, produce conductas libres y dignas.
Para Skinner “el mayor problema del mundo de hoy sólo
puede ser resuelto si aprovechamos nuestro conocimiento de
la conducta humana”.
El trabajo de Skinner gira en torno a la relación entre
conocimiento y personalidad. Esto es, a las distintas influencias
ambientales que determinan el desarrollo personal y a la interacción
que se produce entre la persona y su entorno. Construye, pues,
una teoría de la conducta personal de matriz sociológica,
política y cognitiva. Desde esta perspectiva, los medios
de comunicación se convierten en una de las matrices
tecnológicas capaces de crear reforzamientos positivos,
estados de ánimo conducentes a un escenario donde las
conductas no deseadas queden neutralizadas. Skinner ejerció una
notable y dilatada influencia sobre las primeras corrientes
de la investigación en comunicación norteamericanas,
así como sobre las teorías y prácticas
de la propaganda y la publicidad.