Nació en Santo
Domingo de la Calzada, La Rioja, España, en 1924.
Cursó estudios universitarios de filosofía
y letras en Zaragoza y Madrid. Becario del CSIC, se doctoró
en a los 24 años de edad, con la tesis Fundamento
formal y material de la moderna filosofía de la religión,
dirigida por Santiago Montero, antes de ganar una cátedra
de instituto en Salamanca (1949). En 1960 se traslada a
Oviedo, en cuya Universidad desarrolla toda su vida académica
como catedrático de Historia de la filosofía
y de los sistemas filosóficos. Entre sus obras, Ensayos
materialistas, Teoría del cierre categorial, el animal
divina, El sentido de la vida, El mito de la cultura, Televisión,
apariencia y verdad, Telebasura y democracia, etcétera.
La Academia Española de la Televisión le ha
nombrado miembro de honor por su acercamiento al medio audiovisual.
PENSAMIENTO
Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Pensador que ejerció
una amplia influencia en los ámbitos filosóficos
y políticos de la universidad española en
los años sesenta y setenta del pasado siglo. Sus
aportaciones acerca de los medios, de modo especial sobre
la televisión, formuladas entre 2000 y 2003, han
suscitado numerosas controversias y críticas, en
un autor que, desde su ‘materialismo filosófico’,
ha evolucionado hacia la defensa, por ejemplo, la pena de
muerte y la confrontación con el mundo islámico.
El materialismo filosófico considera que la filosofía
no es una ciencia, sino un saber de ‘segundo grado’,
que presupone otros conocimientos previos, de ‘primer
grado’ (técnicos, políticos, matemáticos,
biológicos...). La filosofía sucede a un estado
de las ciencias y de las técnicas suficientemente
maduro para que pueda comenzar a constituirse como tal.
Las ideas de las que se ocupa la filosofía nacen
de la confrontación de los conceptos técnicos,
políticos o científicos, a partir de un cierto
nivel de desarrollo, y crecen en la medida en la que aumenta
ese desarrollo. La complejidad social requiere, pues, instrumentos
más elaborados de comprensión.
Desde esta óptica se plantea el análisis de
la ‘apariencia’ y la ‘verdad’ en
la televisión, como conceptos resultantes de un proceso
de desarrollo tecnológico, que a la vez se inscribe
en un marco político y cultural modificado por el
propio medio (Televisión: apariencia y verdad,
2000). Bueno trata de describir una ‘filosofía
de la televisión’, equidistante del idealismo
escéptico y de la teoría crítica. Existe
un espacio de intersección entre los planos del emisor
y de las audiencias en el que se produce la dialéctica
de validación de la apariencia y la verdad. La degradación
de los contenidos, viene a señalar Bueno, no es tanto
un problema del emisor como de quien lo acepta, esto es,
de la audiencia. Sobre estas tesis insiste en su libro Telebasura
y democracia (2003), donde analiza el concepto de ‘telebasura’
y transfiere la calificación ‘basura’
a los públicos, a quienes ven la televisión.
La televisión aparece como una expresión del
país; esto es, cada país tiene la televisión
que se merece... “La audiencia, en la sociedad democrática
–escribe-, es la que manda, y la televisión
madura tiene que obedecer a esta demanda. Y no por razones
éticas o morales, sino por razones de simple supervivencia
democrática” (págs. 261-262).
Perfiles biográficos y académicos. Marcos epistemológicos y teóricos de la investigación en Comunicación.
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