Ben H. Bagdikian (1920-2016)
PERFIL BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Nació en Maraş, Turquía. De origen armenio, hijo de un profesor universitario y pastor protestante, su familia huyó de la persecución étnica y emigró a Estados Unidos. Bagdikian ha sido reportero, director de prensa, autor de libros, profesor (1976-90) y decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de California en Berkeley (1985-88) y Premio Pulitzer de Periodismo.
En 1952, trabajó en la redacción del The Providence Journal. Reportero de guerra durante el conflicto egipcio-israelí de 1956. Dotado de una fuerte sensibilidad social, el periodismo de Bagdikian se caracterizó por sus matices críticos y por su capacidad analítica. En 1971, realizó diversos informes para The Washington Post sobre las prisiones nacionales y cárceles en el país. También analizó las condiciones de los emigrantes, la discriminación racial, etc.
En lengua española se han publicados dos de sus más conocidos libros: El monopolio de los medios de difusión, México DF, FCE, 1986, y Las máquinas de información: su repercusión sobre los hombres y los medios informativos, Madrid, FCE, 1975.
PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA

Antropólogo de la vida cotidiana y de la sociedad que propende a la globalización. Analiza la naturaleza de las relaciones humanas en los nuevos escenarios espacio-temporales, donde describe y define los "no lugares", esto es, los ámbitos impersonales de la "sobremodernidad" (centros comerciales, parques temáticos, cadenas de hoteles, aeropuertos, etc.), cuya fisonomía se repite en múltiples a través del paneta… La sobremodernidad es un atributo de excesos múltiples : la aceleración de la historia que se convierte el pasado en actualidad/información; la reducción perceptiva de las distancias, con lo que el escenario espacial de achica, y la acentuación del individualismo a través de la experiencia mediática, del subjetivismo del individuo/audiencia.
Tiempo, espacio e imagen gravitan en el pensamiento de Augé, a través de dinámicas configuradoras de la nueva percepción de la realidad. Sobremodernidad, no-lugares y realidades virtuales configuran los moldes tendenciales que dan cabida a las prácticas sociales y culturales. Son tres movimientos complementarios: “El paso de la modernidad a lo que llamaré la sobremodernidad. El paso de los lugares a lo que llamaré los no-lugares. El paso de lo real a lo virtual.”
Los medios cobran un papel absorbente en la vida cotidiana. Marcan el tiempo social, ejercen mecanismos de control y desarrollan una construcción de la realidad. El hombre es para Augé un ser simbólico, por lo que existe en función de sus relaciones con los demás, esto es, de la comunicación.
Para Augé, la realidad virtual amenaza con sustituir nuestra capacidad de creación simbólica, de generación se sueños y fantasías. Lo virtual se integra en la vida social como parte de la realidad, de modo que ésta cede en su primacía hacia derivas de ficción (La guerra de los sueños, 2ª ed., Gedisa, 1998). Las fronteras entre la realidad y la ficción se desdibujan y, con ellas, las delimitaciones entre las libertades democráticas y nuevas formas de control autoritarias a través de procesos de alienación mediáticos (“La imagen puede ser el nuevo opio del pueblo”). La ilusión de la libertad se ha transferido hacia soluciones satisfechas por el consumo.
Augé propone crear a partir de la alfabetizacióbn mediática. Vencer la alienación de la imagen. «Hoy son las tecnologías las que organizan nuestras representaciones del espacio y del tiempo. Esto se ve muy bien a través de la televisión, en los horarios de las noticias: la vida deportiva y la vida política organizadas al ritmo de los medios. Y en los últimos años hemos visto surgir una nueva representación del espacio, debida al teléfono móvil y a Internet. Se puede decir que las tecnologías se han vuelto, más que medios, representaciones por sí mismas, particularmente para los niños y adolescentes. Hay una diversidad muy grande entre las generaciones respecto de la familiaridad que tienen con las tecnologías. He hablado de "cosmotecnología" para sugerir que en nuestras sociedades las tecnologías tienen, en cierto punto, el mismo papel que tenían las religiones” (De la entrevista en La Nación, Buenos Aires, 2.05.2007).
El desarrollo tecnológico, siendo decisivo en las habilitaciones que puede crear en el plano del conocimiento, es asimismo una fuente de nuevas desigualdades –desigualdades entre las naciones y dentro de las naciones-, por lo que sólo una revolución educativa, una alfabetización en los nuevos usos de las nuevas extensiones tecnológicas pueden contribuir a frenar las desigualdades en una sociedad con muchos más recursos de información y conocimiento (“Los medios de comunicación deben ser objeto de educación, no sólo un canal de información. Sólo entiendes la manipulación de las imágenes al hacer una película. Hay que aprender a leer y a escribir y también a leer y a hacer imágenes”).