1. Cambiantes
teorías del desarrollo
1.1. Modernización
Contexto histórico
Después de la Segunda Guerra Mundial
el financiamiento de las Naciones Unidas estimuló las relaciones entre
los estados soberanos, especialmente entre las naciones del Atlántico
Norte y los países en desarrollo, incluyendo a los nuevos estados emergentes
de un pasado colonial. Durante el período de la Guerra Fría los superpoderes
—Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética— trataron de expandir
sus propios intereses hacia los países en desarrollo. De hecho, Estados
Unidos fue definiendo al desarrollo como la replica de su sistema político-económico
y abriendo el camino para las corporaciones transnacionales. Al mismo
tiempo, los países en desarrollo vieron al “estado de bienestar” de las
naciones del Atlántico Norte como la meta última del desarrollo. Dichos
países fueron atraídos por la transferencia de nueva tecnología y el modelo
de un estado centralizado, con una cuidadosa planificación económica y
burocracias del desarrollo centralmente dirigidas para la agricultura,
la educación y la salud, como la más efectiva estrategia para actualizarse
respecto de los países industrializados.
Modernización
y desarrollo
El paradigma de la modernización, predominante en los
círculos académicos entre alrededor de 1945 y 1965, apoyó la transferencia
de tecnología y de la cultura sociopolítica desde las sociedades desarrolladas
hacia las sociedades tradicionales. El desarrollo fue definido como crecimientoeconómico.
La idea central es una perspectiva de evolución, que implica al desarrollo
concebido primero como direccional y acumulativo, segundo, como predeterminado
e irreversible, tercero, progresivo y, cuarto, como inmanente con referencia
al estado nación. Las sociedades occidentales desarrolladas o modernas
eran consideradas las metas últimas que se esforzaban por alcanzar las
sociedades menos desarrolladas.
Todas las sociedades podrían evolucionar, pasando por etapassimilares, hacia
un punto común: la sociedad moderna. Para ser una sociedad moderna, tienen
que ser modificadas las actitudes de las personas “atrasadas” —su tradicionalismo,
mal gusto, superstición, fatalismo, etc.— que constituyen obstáculos y
barreras de las sociedades tradicionales. Las diferencias entre naciones
son explicadas en términos del grado de desarrollo antes que por la naturaleza
básica de cada una. Por lo tanto, el problema central del desarrollo se
pensaba en torno a la cuestión de “cubrir la brecha” y “actualizarse”
por medio de un proceso de imitación entre los sectores modernos y tradicionales,
entre retrasados y avanzados o entre sectores y grupos “bárbaros y civilizados”,
con ventajas para estos últimos. Estos dos sectores, el tradicional y
el moderno, eran concebidos como dos etapas del desarrollo, coexistentes
en el tiempo, y en un determinado período las diferencias desaparecerían,
dada una tendencia natural hacia el equilibrio.
El problema era superar los obstáculos y barreras que se
encontraban sólo en la sociedad tradicional. Estas “barreras” o límites
del desarrollo pueden ser superados por al menos cinco mecanismos: “demostración”,
por la cual el mundo en desarrollo trata de “actualizarse” como las naciones
más desarrolladas adoptando métodos y técnicas más avanzados; a través
de la “fusión”, que es la combinación e integración de distintos métodos
modernos; por medio de la “compresión”, por la cual los países en desarrollo
intentan completar la tarea del desarrollo en menos tiempo que el utilizado
por el mundo desarrollado; a través de la “prevención”, esto es aprendiendo
de los errores cometidos por los países desarrollados; y a través de la
“adaptación” de las prácticas modernas al medio ambiente y las culturas
locales. Consecuentemente, los medios de modernización eran la
masiva transferencia de capital, ideología, tecnología y saber cómo, en
una especie de Plan Marshall o Revolución Verde de alcance mundial. Las
medidas del progreso eran el Producto Bruto Interno (PBI), la alfabetización,
la urbanización y otras similares, todas basadas en criterios cuantificables.
Everett Rogers (1976:124) escribió que aunque “India, China, Persia y
Egipto eran antiguos, viejos centros de civilización (...) sus ricas culturas
han provisto de hecho la base de las culturas occidentales contemporáneas
(...) su vida familiar brinda una intimidad más cálida y sus logros artísticos
fueron más grandes, esto no es desarrollo. No podría ser medido en dólares
y centavos”.
Otra característica del pensamiento sobre la modernización es el
énfasis en factores explicativos monodisciplinarios.
La más antigua es la variante económica, asociada con Walt Rostow (1953).
Dado que cada disciplina de las ciencias sociales enfoca el proceso de
modernización desde su punto de vista experto, el estudio de la modernización
se ha especializado crecientemente. Por lo tanto, las teorías ortodoxas
sobre la modernización se sustentan en una sola o en una combinación de
las cuatro categorías teóricas: teorías de las
etapas, teorías de los índices, especialmente de variables
económicas, teorías de la diferenciación (ampliamente desarrolladas
por sociólogos y politólogos), y teorías de la difusión(desarrolladas
principalmente por psicólogos sociales, sugiriendo que el proceso de desarrollo
comienza con la difusión de ciertas ideas, motivaciones, actitudes o comportamientos).
Sin embargo, la perspectiva económica ha constituido siempre la esencia
de la teoría de la modernización.
En la práctica la modernización aceleró la urbanización o la occidentalización
de la estructura de elite. Los espacios rurales tradicionales necesitaban
ser desarrollados con la ayuda extranjera en las áreas de agricultura,
educación básica, salud, transporte, desarrollo comunitario, etc. Por
lo tanto, las burocracias del servicio gubernamental se han extendido
hasta los mayores centros urbanos. El sistema de radiodifusión fue usado
principalmente para el entretenimiento y las noticias. La radio fue un
canal apto para que las campañas nacionales persuadieran a la gente respecto
de prácticas agrícolas y sanitarias muy específicas. Según R. White (1988:9)
“la dimensión comunicativa más significativa del diseño de la modernización
ha sido el rápido mejoramiento del transporte, que relacionó las comunidades
rurales con los centros comerciales y las ciudades regionales. Con las
mejoras en el transporte y las fuentes de energía eléctrica, la apertura
de redes comerciales de aprovisionamiento y consumo se extendió hacia
las ciudades y pueblos, trayendo con ellas la cultura de consumo occidental
y la cultura popular de las películas, la radio y la música. Si bien la
población rural de Bolivia o Sri Lanka no alcanzó los estilos de consumo
de la población norteamericana de clase media, su vida cambió profundamente.
Este era el rostro real de la modernización”.
Crítica
Bajo
la influencia del desarrollo actual en la mayoría de los países del Tercer
Mundo, el cual no acontece como predijo la teoría de la modernización,
las primeras críticascomenzaron a escucharse
en los ‘60, particularmente en América Latina. El sociólogo mexicano
Rodolfo Stavenhagen explicó, en un famoso ensayo, que la división entre
un sector tradicional agrario y un sector moderno y urbano era el resultado
del mismo proceso de desarrollo. En otras palabras, el crecimiento y la
modernización han traido con ellos mayor desigualdad y mayor subdesarrollo.
Stavenhagen elaboró sus tesis a partir de la situación de México mientras
otros intelectuales arribaron a una conclusión similar para Brasil y Chile.
El crítico de la teoría de la modernización más conocido es A. Gunder
Frank (1969). Su crítica es fundamental y señala tres aspectos: el paradigma
del progreso es empíricamente inalcanzable,
tiene una inadecuada fundamentación teóricay es, en la práctica,
incapaz de generar un proceso de desarrollo
en el Tercer Mundo. Más aún, los críticos del paradigma de la modernización
señalan que demasiado a menudo es ignorada la complejidad del desarrollo,
que se le presta poca atención a las consecuencias en el nivel de los
macro-procesos económicos, políticos y socio-culturales y que la resistencia
contra el cambio y la modernización no puede ser explicada sólo sobre
la base de las normas y orientaciones valorativas tradicionales, como
muchos parecen indicar. La crítica no sólo concierne a la teoría de la
modernización como tal sino a la tradición global (occidental) de evolucionismo
y funcionalismo de la cual forma parte.
En consecuencia, al referirse a la perspectiva evolutiva y unilineal y
al carácter endógeno de las soluciones del desarrollo sugeridas, estas
críticas señalan que el concepto de modernización es un sinónimo velado
de “occidentalización”, entendida como la copia o implementación de instituciones
y mecanismos occidentales en el contexto del Tercer Mundo. En ningún lugar
es esto tan claro como en el campo de la ciencia política. La mayoría
de los académicos occidentales parten de la suposición de que los sistemas
políticos de Estados Unidos son la piedra basal para el resto del mundo.
Los criterios del Acta de los Cuerpos de Paz del presidente J. F. Kennedy
estaban totalmente imbuidos de esta creencia.
1.2. Dependencia
Contexto histórico
El paradigma
de la dependencia jugó un rol importante en el movimiento hacia un Nuevo
Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC) desde finales
de los 60 hasta comienzo de los 80. En ese período, los nuevos estados
africanos y asiáticos y el suceso de los movimientos populares y socialistas
en Cuba, China, Chile y otros países brindaron las metas de la autodeterminación
política, económica y cultural dentro de la comunidad internacional de
naciones. Estos nuevos países compartieron la idea de independencia de
los superpoderes y conformaron el Movimiento de Países No Alineados. Este
movimiento de naciones definió al desarrollo como una lucha
política.
Dependencia
y subdesarrollo
El enfoque de la dependencia surgió
a nivel teórico desde la convergencia de dos tradiciones intelectuales:
una llamada a menudo neomarxismo o estructuralismo y la otra originada
en el amplio debate sobre el desarrollo formulado en la tradición de la
Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL). Por lo tanto,
en contraste con la teoría de la modernización la perspectiva de la dependencia
tuvo su nacimiento en América Latina. Sin embargo, se denomina “padre”
de la teoría de la dependencia a un norteamericano, Paul Barán, la voz
parlante del grupo norteamericano de la revista Monthly Review. El fué
uno de los primeros en presentar la tesis de que el desarrollo y el subdesarrollo
son procesos interrelacionados,
esto es son dos caras de una misma moneda. Según la perspectiva de Barán
la continuidad de la dependencia imperialista después del fin del período
colonial es asegurada principalmente por la reproducción de las estructuras
políticas y socioeconómicas de la Periferia en concordancia con los intereses
de los Centros de poder. Esta es la causa principal del retraso crónico
de los países en desarrollo, puesto que el principal interés del capitalismo
monopólico internacional era impedir, o, si esto era imposible, hacer
más lento y controlable el desarrollo económico de los países subdesarrollados.
Como Barán destacó, la irracionalidad del presente sistema no será superada
si su base, el sistema capitalista, continúa existiendo.
Algunos teóricos de la dependencia trabajaron
exclusivamente con variables económicas mientras la investigación de otros
tomó también en consideración factores sociales y políticos. Las divisiones
científicas típicas de la economía, ciencia política, sociología, historia
y otras disciplinas, tan habituales en la investigación de Occidente,
fueron establecidas con menor rigidez en la división del trabajo científico.
Algunos señalaron las oposiciones sectoriales y regionales dentro del
sistema (por ejemplo, Sunkel) y otros estaban más interesados en las posibles
relaciones de clase (por ejemplo, Cardoso). Las opiniones también difieren
acerca de uno de los elementos centrales de la teoría de la dependencia,
esto es la relación entre desarrollo y subdesarrollo. Mientras que Frank
observa lo que denomina “desarrollo del subdesarrollo”, Cardoso entiende
que un cierto grado de desarrollo capitalista dependiente es posible.
Sin embargo, más allá de las posibles diferencias de enfoque, todos
los dependentistas coinciden con la idea básica expresada en la siguiente
definición de Dos Santos (1970:231): la dependencia
es una situación condicionante en la cual la economía de un grupo de países
es condicionada por el desarrollo y la expansión de otros. Una relación
de interdependencia entre dos o más economías o entre dichas economías
y el sistema comercial mundial se transforma en una relación dependiente
cuando algunos países pueden expandirse con su propio impulso mientras
otros, que están en una posición de dependencia, sólo pueden crecer como
un reflejo de la expansión de los países dominantes, lo cual puede tener
efectos negativos o positivos en su desarrollo inmediato. En cualquier
caso, la situación básica de dependencia causa el atraso y la explotación
de estos países. Las naciones dominantes ejercen un predominio sobre los
países dependientes en la tecnología, el comercio, el capital y lo socio-político
—la forma del predominio varía de acuerdo al particular momento histórico—
y pueden explotarlos y extraer parte del excedente económico generado
localmente.
La dependencia, entonces, se basa en la división internacional del trabajo
que hace que el desarrollo industrial se concrete y concentre en algunos
países mientras se restringe en otra naciones, cuyo crecimiento es condicionado
y sujeto a los poderosos centros del mundo”.
Crítica
Según la teoría de la dependencia los principales impedimentos del desarrollo
no son la falta de capital y de capacidad gerencial, como sostienen los
teóricos de la modernización, sino que deberían ubicarse en el actual
sistema internacional. De este modo, los obstáculos no son internos sino
externos. Esto significa también que el desarrollo en el Centro determina
y perpetúa el subdesarrollo de la Periferia. Los dos polos están estructuralmente
conectados uno al otro. Los teóricos de la dependencia sostienen que,
para remover estos obstáculos externos, cada país debería disociarse del
mercado mundial y optar por una estrategia de desarrollo autónomo. La
mayoría de los intelectuales indican que para que esto ocurra sería más
o menos necesario una transformación política revolucionaria. Por lo tanto,
se puede decir que el paradigma de la dependencia en general, como su
variante comunicacional, se caracteriza por un enfoque global, un énfasis
en los factores externos y las contradicciones regionales, una polarización
entre desarrollo y subdesarrollo, una interpretación subjetiva o voluntarista
de la historia y un método analítico orientado principalmente por lo económico.
En este sentido, la única alternativa para las naciones no alineadas era
disociarse a sí misma del mercado mundial
y alcanzar la autonomía económica y culturalmente. El llamado Nuevo Orden
Económico Internacional (NOEI) es un ejemplo de los intentos en búsqueda
de esa meta. Sin embargo, muchos países no alineados son demasiado débiles
económicamente y están muy endeudados para operar autónomamente. Como
resultado de ello, los intentos de formular políticas nacionales integrales
y coherentes de comunicación fallaron debido a la resistencia de los intereses
de los medios de comunicación nacionales e internacionales. Como señalan
Friberg y Hettne (1985:212) “la autonomía es un opción difícil en el contexto
del actual orden mundial”. En este sentido, McAnany (1980:4) caracterizó
a la teoría de la dependencia como “...buena en el diagnóstico del problema...pero
pobre en el tratamiento”. La teoría de la dependencia señala las causas
del desarrollo pero no provee modos de superar tal subdesarrollo.
1.3. Multiplicidad/ otro desarrollo
Contexto histórico
Dado que la demarcación del primer, segundo y tercer mundo se está diluyendo
y la distinción entre Centro y Periferia puede encontrarse también en
cada región, es necesario un nuevo concepto de desarrollo que enfatice
la identidad cultural y la multidimensionalidad. Por ejemplo, algunos
países pueden ser económicamente dependientes pero tiene un mayor “poder”
cultural en su región. Por lo tanto, la anterior perspectiva de la dependencia
ha resultado difícil de sostener dada la creciente interdependencia de
las naciones. El concepto de “otro desarrollo” fué articulado primero
por la fundación Dag Hammarskjold en Suecia y el movimiento político Verde
en Alemania. No obstante esto no significa que el concepto y la perspectiva
del “otro desarrollo” sean occidentales. Pueden hallarse antecedentes
al respecto en los espacios del Tercer Mundo.
Multiplicidad / Otro Desarrollo
La fundación
Dag Hammarskjold estableció tres principios del otro desarrollo: (1) el
Otro Desarrollo es generado para la satisfacción de necesidades, comenzando
con la erradicación de la pobreza; (2) el Otro Desarrollo es endógeno
y autónomo; y (3) el Otro Desarrollo está en armonía con el medio ambiente.
El Otro Desarrollo se aplica en todos los niveles de todas la sociedades,
no sólo para los pobres y el mundo no alineado. Surge a partir de la insatisfacción
con la “sociedad del consumo”, la cual es a menudo denominada ”sobredesarrollo”
e incluso “mal desarrollo”, así como con la creciente desilusión con el
enfoque de la modernización.
La idea central, que es compartida por casi todos los que buscan nuevos
enfoques del desarrollo, afirma que no hay un patrón
universal del desarrollo, y que el desarrollo debe ser concebido
como un proceso integral, multidimensional y dialéctico que puede
diferir de una sociedad a otra. Sin embargo, esto no significa que no
se intente definir los principios generales y las prioridades en que se
basa dicha estrategia. Por cierto, varios autores han tratado de identificar
los componentes centrales del otro desarrollo. Basándonos en estos autores
podríamos identificar seis criterios esenciales del “otro”desarrollo.
Dicho desarrollo podría basarse en los siguientes principios:
(a)
necesidades básicas: generado para satisfacer
necesidades humanas, materiales y no materiales.
(b) endógeno: definido desde el núcleo de cada sociedad, que define
con soberanía sus valores y la visión de su futuro.
(c) autoconfiable: implica que cada
sociedad confía básicamente en sus propias fortalezas y recursos, en términos
de las capacidades de sus miembros y de su ambiente natural y cultural.
(d) ecología: utilizando racionalmente
los recursos de la biosfera con plena conciencia del potencial de los
ecosistemas locales como de los límites globales y externos impuestos
a las generaciones actuales y futuras.
(e) democracia participativa: como la
verdadera forma de la democracia, y no sólo un gobierno del pueblo y por
el pueblo, sino, y más fundamentalmente, “para la gente” en todos los
niveles de la sociedad.
(f) cambios estructurales: son requeridos
a menudo en las relaciones sociales, en las actividades económicas y en
su distribución espacial, como también en la estructura de poder, para
alcanzar las condiciones de autogerenciamiento y participación en el proceso
de decisión por todos aquellos afectados, desde la comunidad rural o urbana
hasta el mundo como un todo.
En la práctica, al adoptar alguno o todos estos principios señalados han
emergido nuevas formas de comunicación. Sistemas de medios descentralizados
e instituciones democráticas de la comunicación, tales como la radio comunitaria
Mahaweli en Sri Lanka y radio Enriquillo en la República Dominicana, enfatizan
la autogestión de las comunidades locales. Nuevos conceptos del profesionalismo
mediático conllevan un mayor conocimiento y respeto de las formas de comunicación
de la gente y destacan, a su vez, el reconocimiento y la experiencia con
nuevos formatos de periodismo y radiodifusión que son más consonantes
con la identidad cultural de la comunidad y otorgan una mayor seguridad
a los modos en que la democratización de la comunicación está aconteciendo
y puede acontecer.
1.4.
Enfoques mixtos
Esta revisión de tres perspectivas del desarrollo revela un número de
cambios en el pensamiento científico:
1. Desde un enfoque más positivista, cuantitativo y comparativo hacia
otro normativo, cualitativo y estructural.
2. De procesos altamente prescriptivos y predecibles hacia procesos menos
predecibles y orientados al cambio.
3. Desde una perspectiva etnocéntrica hacia una visión doméstica y con
ello a una perspectiva contextual y policéntrica.
4. Del endogenismo (“culpar a la víctima”) al exogenismo (“culpar al forastero”)
y, entonces, al globalismo y holismo.
5. Desde un interés económico a un interés más universal e interdisciplinario.
6. De un esquema de referencia nacional a una perspectiva internacional
y, de este modo a niveles de análisis combinados.
7. De enfoques segmentados a más holísticos y, luego, a perspectivas orientadas
a la resolución de problemas.
8. De una estrategia integradora y reformista a opciones revolucionarias
y con ello hacia una visión integral del cambio revolucionario y evolucionario.
9. De una perspectiva del desarrollo administrado tecnocráticamente hacia
enfoques participativos y de resolución de problemas.
|
2. Enfoques
teóricos de la comunicación para el desarrollo (COMDES)
Las
teorías de la comunicación como la de “difusión de innovaciones”, la del
“flujo en dos pasos” o los enfoques de la extensión son bastantes congruentes
con la mencionada teoría de la modernización. Según Rogers, uno de los
académicos líderes de la teoría de la difusión, esta perspectiva implica
“que el rol de la comunicación es (1) transferir innovaciones tecnológicas
desde las agencias de desarrollo a sus audiencias, y (2) crear una predisposición
para el cambio a través del logro de un clima de modernización entre los
miembros del público” (Rogers, 1986:49).
La orientación elitista, vertical o de arriba-abajo
del modelo de la difusiónes obvia. Sin embargo, la realidad
presenta a menudo muchas más complejidades que las previstas en la teoría.
Por lo tanto muchos intelectuales y trabajadores del desarrollo señalan
que la adopción de decisiones y el planeamiento no pueden ser hechos por
burócratas y planificadores para la gente, sino sólo por estos “expertos”
con todas las instituciones interesadas y junto con las personas relacionadas.
En otras palabras, en convergencia con las discusiones en foros internacionales,
académicos y políticos tales como UNESCO (Organización de las Naciones
Unidas para la Ciencia y la Educación), FAO (Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación) o IAMCR (Asociación Internacional
de Estudios de la Comunicación Social), estas personas se refieren a perspectivas
más nuevas del rol y el lugar de la comunicación para el desarrollo que
favorecen una comunicación de doble vía y horizontal:
“la utilización sistemática de la comunicación apropiada y de técnicas
para incrementar la participación de la gente en el desarrollo y para
informar, motivar y entrenar a la población rural, principalmente en el
nivel de las bases” (FAO, 1987:4). Aunque se puede argumentar que este
enfoque aún resulta “paternalista” o una mera estrategia de marketing
social, al menos distingue entre la política y la planificación/ acción
a niveles micro y macro.
Antes de presentar los cambios en las estrategias y las técnicas, resumiremos
las principales características teóricas de ambos enfoques de la comunicación
para el desarrollo: el Modelo de Difusión/ Mecanicista y el Modelo Participativo/Orgánico.
2.1.
El Modelo Difusionista
Generalidades
Los
años 50 fueron la década del modelo de comunicación.
Uno de los primeros y más influyentes de estos modelos no proviene de
las ciencias sociales y las humanidades sino de la ingeniería de la información
(Shannon y Weaver). El modelo lineal “fuente-transmisor-canal-receptor-destinatario”
eclipsó a los enfoques más tempranos, más orgánicos, de la psicología
y la sociología. Lasswell, Hofland, Newcomb, Schramm, Westley y McLean,
Berlo y otros diseñaron un modelo de comunicación de acuerdo con sus concepciones.
Esta profusión de modelos de comunicación puede ser atribuida a tres razones.
Primero, porque ellos identificaron a la comunicación como la transferencia
de información (el estímulo) y eran partidarios de la metodología empírica,
estableciéndose así las bases de la comunicología como una ciencia distinta
y legítima.
Segundo, los teóricos enfocaron a la eficiencia o efectosde
la comunicación (la respuesta), sosteniendo vastas promesas de manipulación
o control de los receptores del mensaje con diversos intereses.
Finalmente, el modelo de la comunicación se desarrolla íntimamente con
la naturaleza y los mecanismos de la comunicación
mediática o masiva, una emergente y poderosa fuerza en aquel
tiempo.
Por lo tanto, en aquellos años la disciplina de la comunicación se concentró
ampliamente, y de manera más importante, en el estudio de sus efectos.
El efecto “bala” o “aguja hipodérmica” de los medios sería una rápida
y eficiente respuesta a múltiples problemas sociales. Robert White (1982:30)
escribió que “este énfasis puntual en los medios y sus efectos ha llevado
también a una premisa... que la información de los medios es una poderosa
panacea para los problemas del desarrollo humano y socioeconómico”, sin
mencionar los dilemas del marketing y la propaganda.
Contradiciendo a las exuberantes expectativas los
efectos directos se convirtieron con el paso del tiempo en efectos limitados,
mínimos, condicionales y en el “flujo en dos etapas”.
Enfoques de la comunicación más específicos
En dichos
años fueron considerados en la perspectiva de la modernización más factores
sociológicos, psicológicos, políticos y culturales. El lugar y rol del
proceso de comunicación en dicha perspectiva fue posteriormente examinado
en la campaña de la elección presidencial de EE. UU., donde funcionó como
esquema teórico.
Estos modelos ven el proceso de comunicación como un mensaje circulando
desde un emisor a un receptor. Luego de un estudio de las elecciones presidenciales
de 1940 en el condado de Erie, Ohio, surgió la idea del denominado “flujo
de la comunicación en dos pasos” (Lazarsfeld y otros, 1944).
Aunque los investigadores esperaban encontrar que los medios masivos (radio
y periódicos) tenían una gran influencia en la elección, concluyeron que
las decisiones eran influidas principalmente por los contactos personales
y la persuación cara a cara. La primera formulación de la hipótesis del
flujo en dos pasos fue la siguiente: “las ideas a menudo fluyen desde
la radio y los periódicos hacia los líderes de opinión y de éstos a los
sectores menos activos de la población” (Lazarsfeld, 1944:151). Así, dos
elementos eran involucrados: (a) la noción de una población dividida entre
participantes “activos” y “pasivos”, o “líderes de opinión” y “seguidores”;
y (b) la noción de un flujo o influencia en dos pasos antes que un contacto
directo entre “estímulos” y “respuestas” (o la llamada también teoría
de la bala mágica o aguja hipodérmica). Desde aquella época el concepto
y el rol de la influencia personal han adquirido un alto status en la
investigación de las campañas y el proceso de difusión, especialmente
en los Estados Unidos. La conclusión general de esta línea de pensamiento
es que la comunicación masiva es menos importante que la influencia personal
para tener un efecto directo en el comportamiento social. La comunicación
masiva es importante para difundir nuevas posibilidades o prácticas, pero
la comunicación personal es más influyente en la etapa en que se toman
las decisiones sobre adoptar o no adoptar una innovación.
Por lo tanto, podemos caracterizar a esta era como “centrada
en el emisor y los medios” . Estos nuevos modelos, en conjunto
con la obsesión por los medios masivos, condujo a una conceptualización
de la comunicación como algo que una persona hace con otro. White (1984:2)
sostiene que este sesgo de la teoría de la comunicación en favor de los
medios, los efectos y anti-igualitario “...se ha desarrollado ampliamente
como una explicación sobre el poder y los efectos de la comunicación masiva
y no brinda una adecuada explicación de los factores del cambio social
que conducen hacia la democratización”.
Everett Rogers (1962, 1976) observó el proceso
de difusión y adopción de innovaciones culturales, basándose
principalmente en la investigación sociológica de sociedades agrarias.
La modernización se concibe aquí como un proceso de difusión en el cual
los individuos transitan de un modo de vida tradicional a otro más complejo,
más técnicamente desarrollado y más rápidamente cambiante. Por lo tanto
este enfoque se interesa en el proceso de difusión y adopción de innovaciones
de una manera más sistemática y planificada. Este autor distingue cinco
fases en el proceso de difusión: conocimiento, interés, evaluación, prueba
y adopción. El rol de los medios masivos se concentra en la primera etapa
del proceso, mientras que “las fuentes personales son mas importantes
en la etapa de evaluación del proceso de adopción” (Rogers, 1962:99).
En una segunda edición de su libro Rogers (1976) dijo que hay sólo cuatro
etapas cruciales en el proceso de difusión y adopción:(a) el conocimiento
de la innovación en sí misma (información), (b) la comunicación de la
innovación (persuasión), (c) la decisión de adoptar o rechazar la innovación
(adopción o rechazo), y (d) la confirmación de la innovación por parte
del individuo.
Tres enfoques más contribuyeron al suceso del modelo
de la difusión: estos son las interpretaciones psicológica, institucional
y tecnológica de la comunicación para la modernización.
La perspectiva conductista o psicosocial de la comunicación y la modernización
se interesa particularmente en los valores individuales y el cambio de
actitudes. Rokeach (1966) definió a la “actitud”
como una organización de creencias relativamente cristalizada acerca de
un objeto o situación que predispone a la persona a responder de una determinada
manera. El “cambio de actitud” sería “un cambio en la predisposición,
un cambio en la organización de la estructura de creencias o un cambio
en el contenido de una o más de las creencias comprendidas en la organización
de actitudes” (Rokeach, 1966:530). En la perspectiva de Daniel Lerner
(1958), uno de los más representativos autores del paradigma de la comunicación
para la modernización, es central el concepto de “empatía”, esto
es, “la capacidad de verse a uno mismo en la situación de otra persona,...
que es una herramienta indispensable para que la gente abandone hábitos
tradicionales”. La principal hipótesis de su estudio era que “la alta
empatía sólo es predominante en el estilo personal de la sociedad moderna,
la que es distintivamente industrial, urbana, alfabetizada y participativa”
(Lerner, 1958:50). En su diseño de investigación era central la capacidad
individual y psíquica de la gente para adaptarse por sí misma a los ambientes
modernos. Las personas empáticas, a diferencia de las llamadas personas
tradicionales, tienen un más alto grado de movilidad, lo que significa
capacidad para el cambio, y una acción orientada hacia el futuro y racional.
Por lo tanto, según Lerner la movilidad estimula la urbanización, que
a su vez aumenta la alfabetización y consecuentemente también la participación
política y económica. También el rol de los medios masivos es examinado
cuidadosamente en este contexto: “el hombre moderno encuentra las noticias
sobre el mundo en los medios masivos antes que en los medios personales,
y prefiere las noticias nacionales e internacionales antes que el deporte,
la religión o las noticias domésticas” (Inkeles, 1972:112). En otras palabras,
los medios de comunicación estimulan, de forma directa e indirecta, la
movilidad y el desarrollo económico; ellos son los “motivadores” y “movilizadores”
para el cambio y la modernización.
Wilbur Schramm (1964), basándose en Lerner, observó también esta conexión
entre la comunicación masiva y las instituciones y prácticas de la modernización.
Los medios de comunicación modernos suplementan y complementan como “multiplicadores
de la movilidad” a los canales orales de la sociedad tradicional. Su desarrollo
es paralelo al desarrollo de otras instituciones de la sociedad moderna,
como las escuelas y la industria, y está muy relacionado con algunos de
los índices de crecimiento económico y desarrollo social, tales como la
alfabetización, el ingreso per cápita y la urbanización. Indicó también
que “un país en desarrollo debería otorgar especial atención a la combinación
de los medios masivos con la comunicación interpersonal” (Schramm, 1964:263).
En la opinión de Schramm los medios masivos desarrollan al menos tres
funciones: ellos son los “vigilantes”, los “hacedores de política” y los
“maestros” del cambio y la modernización.
Una tercera perspectiva, el enfoque tecnológico
determinista, considera a la tecnología como un artefacto libre valorativamente
y neutral políticamente que puede ser usado en cualquier contexto social
e histórico. Dentro de esta perspectiva al menos cuatro diferentes puntos
de vista pueden ser distinguidos. Una primera posición bastante optimista
comparte la convicción de que el desarrollo y la aplicación de tecnologías
puede resolver todos los variados problemas de la humanidad. La segunda
postura lleva a la anterior a un extremo opuesto, es decir a la concepción
de que la tecnología es la fuente de todos los conflictos de las sociedades.
Una tercera variante expresa la visión de la tecnología como un potente
factor del desarrollo, como la fuerza que conduce al desarrollo. La cuarta
variante ha sido popularizada por Marshall McLuhan (1964). El ve a la
tecnología como una fuerza inexorable del desarrollo, una fuerza tan irresistible
como abarcadora. Como señaló McLuhan (1964:VIII): “cualquier tecnología
crea gradualmente un nuevo ambiente humano” o, en otras palabras: el medio
es el mensaje.
El “esquema de referencia” de la modernización y la
dependencia
Mientras
que los voceros de la teoría de la comunicación para la modernización
toman al estado-nación como su principal
esquema de referencia, los dependentistas consideran predominantemente
el nivel de análisis internacional. Estos sostienen que la dominación
de la Periferia por el Centro ocurre a través de una combinación de componentes
de poder, esto es militares, económicos, políticos, culturales, etc. Los
componentes específicos de la dominación de una nación en un determinado
momento varían de uno a otro país como resultado de las variaciones en
numerosos factores, que incluyen los recursos del Centro de poder, la
naturaleza o la estructura de la nación Periférica y el grado de resistencia
a la dominación.
En la actualidad los componentes culturales y de la comunicación han alcanzado
una gran importancia en la continuidad de las relaciones de dependencia.
Esto es así porque, como muchos académicos indican, estamos dentro de
una situación bastante paradójica, por la cuál a medida que el Tercer
Mundo comienza a emanciparse económica y políticamente, se incrementa
la dominación cultural. Mientras los primeros colonialistas estaban más
interesados en la explotación económica de áreas rentables y mostraban
solo un moderado interés en la administración política, la evolución tecnológica
de los medios de comunicación ha contribuido a una dependencia ideológica
y cultural.
La dependencia es la antítesis de la modernización en muchas maneras,
pero al nivel de la comunicación es una continuación de ella. La teoría
de la dependencia indica que las condiciones predominantes en el mundo
no alineado no son una etapa en la evolución hacia el desarrollo sino
el resultado de una estructura internacional consolidada. En otras palabras,
si la perspectiva de la modernización sostiene que las causas del subdesarrollo.
radican principalmente dentrode las
naciones desarrolladas, la teoría de la dependencia postula que las razones
del subdesarrollo son principalmente externasa
la sociedad dependiente.
2.2.
El modelo participativo
Generalidades
El modelo
participativo incorpora los conceptos del emergente esquema de referencia
de la multiplicidad/otro desarrollo. Afirma la importancia de la identidad
cultural de las comunidades locales y de la democratización
y participación en todos los niveles internacional, nacional, local
e individual. Esto apunta a una estrategia no meramente inclusiva sino
ampliamente originada en los tradicionales “receptores” de la comunicación.
Paulo Freire (1983:76) se refiere a esto como el derecho de toda la gente
a expresar su palabra individual y colectivamente: “esto no es el privilegio
de algunos pocos hombres, sino el derecho de todo ser humano. Por lo tanto
ninguno puede expresar una palabra verdadera en soledad —ni puede decirla
por otro, en un acto prescriptivo que silencie las palabras de otros”.
La participación es muy importante en el proceso de la toma de decisiones
para el desarrollo porque hace compartir la información, el conocimiento,
la confianza, el compromiso y una correcta actitud respecto de los proyectos
de desarrollo. “Esto requiere de una nueva actitud para superar el pensamiento
estereotipado y promover una mayor comprensión de la diversidad y la pluralidad,
con pleno respeto de la dignidad y la igualdad de las personas que viven
en diferentes condiciones y actúan de modos diferentes”. (International
Commission for the Study of Communication Problems, 1980:254). Este modelo
sostiene la colaboración recíproca a través de todos los niveles de participación.
Es necesario escuchar lo que otros dicen, respetar la actitud de la contraparte
y tener confianza mutua.
Los promotores de la participación no subestiman la habilidad de las masas
para autodesarrollarse ni tampoco su medio ambiente. “Los esfuerzos del
desarrollo deben basarse en la capacidad de la gente para discernir qué
es lo mejor que se puede hacer cuando buscan su propia liberación y cómo
participar activamente en la tarea de transformar la sociedad. Las personas
son inteligentes y tienen siglos de experiencia. Pongamos en juego su
fortaleza. Escuchémoslas.” (Xavier Institute, 1980:11).
Identidad cultural, poder y comunicación participativa
Según
muchos autores la auténtica participación se relaciona directamente con
el poder y su distribución en la sociedad.
La participación “puede resultar incómoda para aquellos que sostienen
el status quo y en consecuencia es esperable que sean resistidos dichos
esfuerzos de fortalecimiento del poder de la gente” (Lozare, 1994:2).
Por lo tanto el desarrollo y la participación están íntimamente relacionados.
La participación implica una más equitativa distribución del poder económico
y político, lo que a menudo disminuye las ventajas de ciertos grupos.
El cambio estructuralsupone la redistribución
del poder. En las áreas de la comunicación masiva muchos expertos coinciden
en que el cambio estructural ocurrirá primero cuando se establezcan políticas
de comunicación participativas. Mowlana y Wilson (1987:143) dicen por
ejemplo que “las políticas de comunicación son básicamente derivadas de
las condiciones e instituciones económicas, culturales y políticas bajos
las cuales ellas operan. Ellas tienden a legitimar las relaciones de poder
existentes en la sociedad y, por lo tanto no pueden ser cambiadas sustancialmente
sino se registran cambios estructurales fundamentales de la sociedad que
puedan alterar estas relaciones de poder en sí mismas”.
Dado que el diálogo y la interacción cara a cara es inherente a la participación,
el comunicador del desarrollo deberá dedicar más tiempo al trabajo de
campo. Le llevará más tiempo desarrollar la interacción y la confianza.
El contacto continuo, los compromisos compartidos, las promesas mantenidas
y las actualizaciones entre visitas son importantes. El desarrollo de
la confianza social precede a la tarea de la confianza individual. Ambas
partes necesitan de paciencia. Es importante notar que cuando tratamos
a la gente de la misma manera en que deseamos ser tratados, aprendemos
a trabajar en un equipo y esto genera un real compromiso y también motivación.
La honestidad, la confianza y el compromiso de las esferas de conducción
y gestión del desarrollo conllevan también honestidad, confianza y compromiso
de las bases. Esto lleva a la verdadera participación. Y la auténtica
participación conduce a políticas y planeamientos apropiados para desarrollar
un país dentro de su medio cultural y ambiental.
Consecuentemente también ha cambiado la perspectiva de la comunicación.
Está ahora más interesada en el proceso y contexto,
esto es, en el intercambio de “significados” y en la importancia de este
proceso, es decir, los patrones de relación social y las instituciones
sociales que son resultado de dichos procesos y son determinadas por el
mismo. La “otra” comunicación “favorece la multiplicidad, la escala pequeña,
lo local, la desinstitucionalización, el intercambio de los roles de emisores
y receptores y la horizontalidad de los vínculos en todos los niveles
de la sociedad” (Mc Quail, 1983:97). Como resultado de esto la atención
se traslada desde un “comunicador” hasta una orientación
más centrada en el receptor, con el resultado de un énfasis
en el significado buscado y producido antes que en la información transmitida.
Con un enfoque de estas características uno no intenta crear una necesidad
de información que luego uno tiene que difundir, sino que es necesario
divulgar información para la cual existe una necesidad. Los expertos y
trabajadores del desarrollo que responden a este criterio encuentran que
es relevante para el contexto. El énfasis se aplica al intercambio de
información antes que a la persuasión dentro del modelo de la difusión.
Dos enfoques principales de la comunicación participativa
Hay
dos enfoques principales de la comunicación participativa que en la actualidad
son aceptados como de sentido común. El primero es la pedagogía dialógica
de Paulo Freire y el segundo incluye las ideas de acceso, participación
y autogestión articuladas en los debates de la Organización de las Naciones
Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) de la década
del 70. Cada proyecto de comunicación que se autodenomina participativo
acepta estos principios de la comunicación democrática. De todos modos,
existe hoy una amplia variedad de intenciones y experiencias prácticas.
Y antes de explorar estas diferencias es útil revisar el trasfondo común.
El argumento freiriano muestra una estrategia teórica dual. Insiste en
que las personas dominadas deben ser tratadas como sujetos plenos en cualquier
proceso político. Esto implica una comunicación dialógica. Aunque inspirado
en algún sentido en el existencialismo de Sartre —un respeto por la personalidad
autónoma de cada ser humano—, la más importante fuente es una teología
que demanda respeto por la otredad —en este caso de otro ser humano. La
segunda estrategia es un momento de esperanza utópica derivada de las
obras tempranas de Marx sobre que la especie humana tiene un destino que
es más que una vida para satisfacer necesidades materiales. También de
Marx se deriva una insistencia en las soluciones colectivas. Freire sostiene
que la oportunidad individual no es una solución para las situaciones
generales de pobreza y dominación cultural.
Estas ideas son profundamente impopulares entre las elites, incluyendo
las elites del Tercer Mundo, pero hay sin embargo una amplia aceptación
de la noción de Freire acerca de la comunicación dialógica como una teoría
normativa de la comunicación participativa. Uno de los problemas con la
propuesta de Freire es que su teoría de la comunicación dialógica se basa
en el diálogo grupal antes que en los medios amplificadores como la radio,
los impresos y la televisión. Freire también le brinda poca atención al
lenguaje o la forma de comunicación, concentrando la mayor parte de su
discusión en las intenciones de las acciones comunicativas.
El segundo discurso sobre la comunicación participativa está en el lenguaje
de la UNESCO acerca de la autogestión, el acceso y la participación formulado
en 1977 en el encuentro de Belgrado, Yugoslavia. El informe final de este
encuentro define los términos de la siguiente manera:
Accesorefiere al uso de los medios de
comunicación para el servicio público. Podría ser definido en términos
de las oportunidades disponibles para el público de seleccionar programas
variados y relevantes y de tener medios de retroalimentación para transmitir
sus reacciones y demandas a las organizaciones productivas.
La participación implica un más alto
nivel de involucración del público en los sistemas de comunicación. Esta
incluye la participación del público en el proceso de producción y también
en el gerenciamiento y la planificación de sistemas de comunicación.
La participación puede ser nada más que la representación y la consulta
del público en el proceso de decisión. Por otro lado, la autogestión
es la más avanzada forma de participación. En este caso, el público ejercita
el poder de decisión dentro de empresas y organizaciones de la comunicación
y está también plenamente envuelto en la formulación de políticas y planes
de comunicación.
Estas ideas son importantes y ampliamente aceptadas como una teoría normativa
de la comunicación alternativa: ésta supone acceso y participación. Sin
embargo, uno puede notar ciertas diferencias con el planteo de Freire.
El discurso de la UNESCO incluye la idea de una gradual progresión. Alguna
capacidad de acceso puede ser obtenida pero la autogestión puede ser pospuesta
al menos durante algún tiempo. La teoría de Freire no comparte dicho compromiso.
Uno respeta la cultura del otro o se ve envuelto en la dominación y el
modo “bancario” de educación impuesto.
El discurso de la UNESCO habla en términos neutrales acerca del “público”.
Freire habla de los oprimidos. Finalmente el discurso de la UNESCO coloca
el foco principal en la institución. La radio participativa, por ejemplo,
significa una emisora de radio que es autogestionada por aquellos que
participan en ella.
|
3.
Conclusiones
Debería
resultar obvio que no existe una perspectiva globalizadora del desarrollo.
Ninguna teoría ha alcanzado y mantenido el dominio explicativo. Cada una
de las tres perspectivas teóricas analizadas aún encuentran adherentes
entre los académicos, los planificadores, las organizaciones internacionales
y el público en general. En general, las versiones adaptadas y actualizadas
de las ideas de la teoría de la modernización --crecimiento económico,
planificación centralizada y la idea de que el desarrollo se origina en
causas internas que pueden ser resueltas por la “ayuda” (tecnológica)
internacional-- son a menudo compartidas por agencias del desarrollo y
gobiernos. Una revitalizada perspectiva de la modernización, en la cual algunos
de los errores del pasado son reconocidos y se realizan esfuerzos para
alcanzar nuevas formas (como ocurre con la perspectiva de la multiplicidad),
permanece como la perspectiva dominante en la práctica pero resulta
crecientemente difícil de defender en la teoría. Por otra parte, mientras
la teoría de la multiplicidad va ganando adherentes en las esferas académicas,
en la práctica es concebida como una visión simpática aunque de un costado
idealista.
De acuerdo con los hallazgos de estos y otros intelectuales percibimos
un número de cambios en el campo de la comunicación para el desarrollo,
el cual tiene considerables consecuencias para la política y el planeamiento
de la comunicación:
3.1.
El crecimiento de una comprensión más profunda de la naturaleza de la
comunicación :
Los
modelos de los años 50 y 60 veían a la comunicación simplemente como un
mensaje circulando desde un emisor hacia un receptor (esto es el clásico
modelo E-M-R de Lasswell). El énfasis se centraba principalmente en el
emisor y los medios de comunicación; la fortaleza radicaba en la libertad
de prensa, la ausencia de censura, etc. Desde los ‘70, sin embargo, la
comunicación se ha centrado más en el receptor y en el mensaje. El énfasis
está ahora en el proceso de comunicación (esto es el intercambio de significado)
y en la significación de este proceso (esto es las relaciones sociales
creadas por la comunicación y las instituciones sociales y el contexto
que resulta de tales relaciones).
3.2. Una nueva comprensión de la comunicación como
un proceso de doble vía:
El enfoque
“oligárquico” de la comunicación implicaba que la libertad de información
es un derecho de una sola dirección, de arriba hacia abajo, del Centro
a la Periferia, desde una institución a un individuo, de una nación rica
a una pobre, etc. En la actualidad la naturaleza interactiva de la comunicación
es crecientemente reconocida. Es pensada como fundamentalmente de ida
y vuelta, interactiva y participativa antes que lineal.
3.3.
La tendencia hacia la democracia participativa:
El fin
de la era colonial ha visto la emergencia de muchos estados independientes
y la difusión de los principios democráticos, aunque sólo sea a nivel
de las ideas. Pese a ser ignorada en la práctica, la democracia es honrada
en la teoría. Los medios de comunicación mundial están aún ampliamente
controlados por los gobiernos y poderosos intereses privados, pero ellos
son más permeables y más seguros de los ideales democráticos que lo que
eran previamente. Al mismo tiempo el alfabetismo se ha incrementado y
ha habido un marcado mejoramiento en la capacidad de la gente para manejar
y usar tecnologías de la comunicación. Como consecuencia más y más personas
pueden usar los medios masivos y no se les puede denegar el acceso y la
participación en los procesos de comunicación por sus carencias de habilidades
técnicas y comunicativas.
3.4.
El reconocimiento de desequilibrios en los recursos comunicativos:
La disparidad
en los recursos de la comunicación entre diferentes partes del mundo es
crecientemente reconocida como problema de interés. Cuando las naciones
del Centro desarrollan sus recursos, la brecha entre Centro y Periferia
se hace más grande. La cuestión de una más equilibrada e igualitaria distribución
de los recursos comunicativos solo puede ser discutida en términos de
poder a nivel nacional e internacional. El intento de las elites de poder
locales de controlar los canales de difusión —la prensa, la radiodifusión,
la educación y la burocracia— no asegura el control de las redes de comunicación
en una determinada sociedad. Ni tampoco el control de los medios masivos
asegura siempre la fortaleza de las instancias de poder, ni una movilización
acorde con sus objetivos, ni una efectiva represión de la oposición.
3.5.
Una creciente sensibilidad de la transnacionalización y la sincronización
cultural:
Quizás
el gran ímpetu hacia una nueva formulación de las libertades de la comunicación
y la necesidad de políticas y planeamientos realistas de la comunicación
han conducido a la certeza de que el flujo internacional de comunicación
se ha convertido en la principal vía de sincronización cultural transnacional.
Esta sincronización cultural puede acontecer sin relaciones de dependencia
perceptibles.
3.6. Una nueva comprensión de lo que está ocurriendo
dentro de las fronteras del estado-nación:
Hay
que aceptar que los factores “internos” y “externos” que inhiben el desarrollo
no existen independientemente unos de otros. Así, para entender y desarrollar
una estrategia propia hay que tener una comprensión de las relaciones
de clase de una particular formación social periférica y de los modos
en que dichas estructuras se articulan con el Centro, por un lado, y de
las clases existentes en el Tercer Mundo, por otro lado. Reducir la actual
estructura de clases del Tercer Mundo, por ejemplo, a una mera marioneta
cuyos intereses son siempre mecánicamente sinónimos de aquellos del Centro,
es ignorar la realidad de una relación mucho más compleja. La muy desigual
y contradictoria naturaleza del proceso de desarrollo capitalista produce
una relación constantemente cambiante.
3.7. El reconocimiento del “impacto” de la tecnología
de la comunicación:
Algunos
sistemas de comunicación (por ejemplo los equipos de audio y video, las
fotocopiadoras, los aparatos de radio) han resultado baratos y tan simples
que los criterios para regularlos y controlarlos desde un punto central,
así como la habilidad de manejarlos, ya no son tan relevantes. Sin embargo,
otros sistemas (por ejemplo los satélites, los equipos remotos y los transbordadores
de datos) son tan costosos que no están al alcance de los países más pequeños
y no son adaptables a los ambientes locales.
3.8. Una nueva comprensión hacia la integración
de distintos medios de comunicación:
Los
modernos medios masivos y las redes paralelas de medios folklóricos o
de comunicación interpersonal no son por definición mutuamente excluyentes.
Al revés de lo que creen los teóricos de la difusión, ellos son más efectivos
si se los usa de manera integrada y considerando las necesidades y contrastes
del contexto local. Los modernos medios de comunicación han sido mecánicamente
transplantados desde afuera en las sociedades del Tercer Mundo y han alcanzado
diversas y limitadas tasas de penetración. Raramente ellos se integran
en las estructuras institucionales como ocurre en las sociedades occidentales.
Sin embargo, los medios pueden ser efectivamente combinados proporcionando
en conjunto una distribución del trabajo funcional que haga reconocer
los límites de la acción de los medios masivos.
3.9. El reconocimiento de las estructuras de la
comunicación paralelas o duales:
Ni los
gobiernos ni los particulares son capaces de operar efectivamente el control,
la censura o el rol de guardabarrera con respecto a las redes de comunicación
en todas las épocas de una determinada sociedad. Las redes paralelas y
alternativas, que no siempre son activas, a menudo funcionan a través
de estructuras de clases, religiosas, socioculturales y políticas o pueden
ser usadas a través de canales folklóricos, artísticos o culturales. Estas
redes muestran un comportamiento altamente participativo, altos índices
de credibilidad y una fuerte integración orgánica con otras instituciones
consolidadas de una determinada sociedad.
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