LA TERTULIA DE DOÑA LEONOR”:

EL PERIODISMO DEDICADO A LA MUJER EN EL DIARIO DE VALENCIA

Catiana Ibarra Jerez.

Juan Tomás Frutos.

 

A modo de presentación

            A menudo tenemos la impresión de que los grandes cambios se han dado, preferentemente, en el pasado siglo XX y en los albores de este siglo XXI. En algunos casos es así, pero ha habido grandes revoluciones en diversos tramos de la historia del ser humano. Si miramos un tanto atrás vemos empeños loables que han hecho que, en la actualidad, estemos donde nos ubicamos. Hay diversas actuaciones que, en un análisis más o menos pormenorizado, nos llaman la atención por ser tan pioneras como definidoras de una sociedad en busca de un auténtico progreso. El afán de conseguir la igualdad lo podemos hallar en muchas etapas históricas. En relación a la Prensa, podemos encontrarnos con encomiables ejemplos. El que reseñamos a continuación es uno de ellos. Aconsejamos tener en cuenta el contexto.

El siguiente artículo recoge las conclusiones extraídas de un trabajo de investigación realizado en la Universidad de Murcia, con el título ‘El Diario de Valencia y su Tertulia de Doña Leonor’. En las primeras páginas de este trabajo se trata el periodismo que estaba surgiendo en el siglo XVIII y, entre estas primeras publicaciones, nos centramos en el Diario de Valencia (1790-1835). Vemos cuáles fueron las causas de su aparición, sus contenidos y la relación entre la publicación y la sociedad de la época.

            Posteriormente, analizamos una de las partes de este periódico de información local. Se trata de una sección que nació en el Diario con una periodicidad regular y que existió durante unos meses entre los años 1791 y 1792. Titulada la ‘Tertulia de Doña Leonor’, esta parte del periódico tiene una característica: está escrita por mujeres y dirigida a ellas. En el trabajo mostramos cuáles fueron los contenidos que se trataron en esta sección y cómo éstos estaban íntimamente relacionados con el papel que la mujer estaba cobrando en la época.

El surgimiento de un tipo de Periodismo

El objetivo del trabajo de investigación en cuestión, titulado ‘El Diario de Valencia y su Tertulia de Doña Leonor’, es analizar, precisamente, los contenidos de la Tertulia de Doña Leonor, una de las primeras secciones de un periódico escrita por y para mujeres. Asimismo, pretende describir el contexto y las causas por las que nació el Diario de Valencia, una de las primeras publicaciones con periodicidad de 24 horas que se escribió en España.

La primera parte del trabajo relata los motivos del nacimiento del Diario, la importancia de la época histórica en la que surgió y cómo los distintos factores socio-culturales y económicos del momento influyeron en esta publicación de información local. En esta parte vemos como el Diario de Valencia es un instrumento de la élite ilustrada y el resultado de una serie de transformaciones económicas que se estaban produciendo en la Valencia de fines del XVIII[1].

El primer número del Diario de Valencia se publicó en 1790 y el último en 1835. Esta publicación fue un reflejo de los diferentes acontecimientos que se estaban produciendo en Valencia y dibuja un retrato de la sociedad ilustrada del momento. Las páginas del Diario muestran también cómo influyeron los acontecimientos que ocurrían en el país vecino. Será, en ciertos momentos, un canal de penetración de estas ideas, que nos acercan al modernismo de la “Revolución Industrial” que se aproxima.

El plan de edición del periódico está vinculado a dos objetivos básicos: el fomento del mercado y la extensión de las luces. Son determinaciones que recoge en el prólogo que se editó en el primer número del Diario (el 1 de julio de 1790) y que comparte con el resto de periódicos que estaban naciendo en la España del siglo XVIII (Diario de Barcelona, de Sevilla y de Madrid). Hallamos, igualmente, otras características, como la identificación del diario con el nombre de la ciudad, una misma estructura formal que el Diario de Madrid o la presencia de editores franceses al frente de estas publicaciones[2].

“(...) Las muchas ventajas que han experimentado todos los pueblos cultos de las obras periódicas son tan notorias, que fuera por demás el reproducirlas, ni realzarlas; el público de Madrid (sin salir de nuestra península) nos será garante de lo que adelantamos desde la publicación de su Diario, ¿cuántas noticias no se han esparcido con utilidad? ¿Cuántas mejoras no se han notado? ¿Cuántos abusos no se han desterrado y cuántos no se esperan remediar? Aquella libertad con que se publica un pensamiento dirigido a la común instrucción, a mejorar el público, a destruir sus envejecidas preocupaciones ¿qué bienes no acarrea a la sociedad?

El Diario es un papel que, hallándose en las manos de todos, contribuye más que otro alguno a la general Ilustración, a conservar en la memoria las providencias que el Gobierno tiene a bien expedir y publicar, y en medio de la curiosidad o de la necesidad de leer un diario, se van introduciendo insensiblemente aquellas máximas que pueden hacer a un pueblo feliz[3] (...)”.

Valencia está viviendo en esta época una segunda “edad dorada” que se traduce en un espectacular crecimiento demográfico y en una expansión económica. Este desarrollo, unido a los intereses de los ilustrados, será una de las principales causas de la aparición del Diario de Valencia[4].

“La aparición del Diario de Valencia en 1790 es denotativa de la presencia de grupos sociales interesados en la comunicación regular de noticias, de unas capas burguesas atentas al movimiento mercantil y de la difusión de adelantos técnicos y científicos que permiten multiplicar los rendimientos agrícolas y manufactureros[5]”.

Posteriormente, el trabajo pasa a analizar el periódico en sí. En esta segunda parte incide en las características formales del Diario, en su tirada y en sus contenidos, que estaban dirigidos principalmente a educar o bien tenían una utilidad comercial. El 40% de las noticias del Diario estaban destinadas a instruir sobre ciencias, historia o arte, y eran el núcleo ilustrado a través del cual se podía lograr la distribución y la formación de los lectores. Sin embargo, la sección más extensa tenía una utilidad comercial. Con el título de ‘Noticias particulares de Valencia’ era en realidad una sección de anuncios por palabras muy similar a la que puede encontrarse en cualquiera de los periódicos de nuestra época[6].

El Diario de Valencia constaba de dos hojas en cuarto, de 14’5 cm. por 20’5 cm., con paginación correlativa cada trimestre, que se encuadernaba formando un volumen para el cual se imprimían después la portada y los índices correspondientes. Los promotores de la publicación fueron el francés Joseph Marie de la Croix y el valenciano Pascual Marín, y los redactores eran todos hombres, representantes de la élite ilustrada y, en su mayoría, poetas, clérigos o profesionales libres. Éste era el mismo sector al que pertenecían los lectores del Diario. La mayor parte son de Valencia y se trata de clérigos, nobles, comerciantes, militares y profesionales liberales. Entre los suscritores del Diario no faltarán cuatro sociedades, la Real Junta Particular de Comercio y Agricultura de la Ciudad y Reyno de Valencia, los Fieles de la Puerta de San Vicente, los Señores Oficiales de la Contaduría del 8 por 100 y la Comunidad de Monjas de la Encarnación. No es de extrañar la falta de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, ya que en este momento atravesaba una grave crisis económica. Hay que resaltar que entre los lectores había 18 mujeres[7].

Por todo esto, podemos concluir lo siguiente sobre el Diario de Valencia:

-Fue uno de los periódicos pioneros de su época, no sólo por tratarse de uno de los primeros con una periodicidad diaria, sino también porque sentó las bases de lo que se entendería como periodismo moderno.

-En sus páginas encontramos un reflejo de los acontecimientos que se estaban produciendo en la Valencia del siglo XVIII. Comprobamos cómo existía un estado de opinión favorable a la aparición de un periódico diario, cuáles eran las preocupaciones sociales de la época e incluso cómo estaba cambiando su economía. Las noticias sueltas de Valencia muestran el trasiego, el intercambio de bienes y las demandas y las ofertas de algunos sectores industriales.

El Diario también fue un sujeto modificador de la realidad. Sirvió para difundir unas ideas y para acercarlas a la sociedad y, en este sentido, ayudó a modelar los comportamientos de la gente, al influirles sobre sus pensamientos. Un ejemplo claro de ello es la Tertulia de Doña Leonor, dirigida a un segmento muy concreto de la población.

El rol de la mujer

El siguiente apartado del trabajo se centra en el papel de la mujer en el Diario. Aquí se muestra la imagen que se ofrecía de ella en la publicación y se comprueba que la mayoría de los escritos que aparecen en el Diario destacan los defectos femeninos[8]. En esta parte se analiza brevemente una sección que hubo en el Diario y que se llamó ‘La correspondencia de las señoras de la Quinta de Flora’. Fue el antecedente de la Tertulia de Doña Leonor dentro del Diario, y se trató de una sección muy irregular y de corta duración, pero con características similares a las que luego tendría la Tertulia. La sección recogía las cartas de un grupo de mujeres que se reunían en una casa de campo y analizaban los temas que les preocupaban. Una de ellas realizaba un resumen de estas reuniones y lo enviaba al Diario, donde se publicaba. El objetivo de estas mujeres se recoge en su primera carta; publicada en el Diario de Valencia el 20 de junio de 1791: “cultivar su espíritu y formar su corazón, comunicándose mutuamente las observaciones que cada uno ha hecho y las luces que ha ido adquiriendo con la experiencia del mundo, con el trato de las gentes y con la lectura de los buenos libros, siendo éste el mejor medio de hacerse útiles unos a otros[9]”.  Otro de sus objetivos será divulgar las cualidades del sexo femenino al que “injustamente se le atribuye la veleidad e ineptitud para cualquier asunto que requiera instrucción y talento[10]”.

Tras estas primeras líneas, el trabajo intenta mostrar cuál era la situación real de la mujer del siglo XVIII. Se centra en la de la clase alta, ya que es la destinataria de la Tertulia de Doña Leonor. En el siglo XVIII, las mujeres eran la mitad de la población[11]. Su misión en la vida era crear una familia y cuidar del esposo o, en su lugar, ingresar en un convento. Estaban totalmente relegadas en sus funciones al cuidado del hogar y al albedrío del marido y no ejercían ningún control sobre sus bienes. La misión de las mujeres de la clase alta era cuidar de la casa y mantener el rango social de la familia, ocupándose de rodear al marido de los signos externos correspondientes a su categoría[12].

La educación de las féminas de entonces era precaria. El tipo de enseñanza que las mujeres de las clases privilegiadas recibían desde niñas estaba relacionado con el papel que más tarde se les iba a exigir desempeñar. Eran y estaban preparadas, sobre todo, para aparecer como signo externo del lujo y de la posición social de su marido. Aprendían a presentarse hermosas, se les enseñaba a caminar con gracia y a bailar algo de música. En el caso de las mujeres de la clase media, las preparaban para saber ocuparse en el futuro de todo lo relacionado con el trabajo del ama de casa. Se procuraba tenerlas suficientemente apartadas de toda información relacionada con la economía, la política, la ciencia y la cultura en general para impedir que pudieran tener la menor participación en estos campos[13]. No obstante, las ideas ilustrabas contrastaban con este hecho. Siguiendo la lógica de su discurso, defendían que la mujer tenía derecho a participar de la Ilustración y a recibir una educación. También la Revolución Francesa, que se estaba desarrollando en ese momento, abrió el camino al reconocimiento de los derechos de la mujer en todos los planos de la vida[14].

En esta parte del trabajo también se analiza el papel que jugaron las mujeres en las reuniones sociales que se desarrollaban en la época. En estas tertulias, que normalmente eran regentadas por ellas, aunque sólo los hombres participaban, se debatían los temas candentes en la época y se creaban “estados de opinión”. A España llegaron en la segunda mitad del siglo XVIII. Fueron lugares de encuentro entre las figuras más destacadas, y centros de difusión de las ideas ilustradas y de la actividad política[15].

El trabajo aborda después las primeras iniciativas periodísticas dirigidas al sexo femenino y en las que normalmente se comentaban sus necesidades intelectuales y sociales. La mayoría denota un deseo por mejorar la situación de las mujeres en temas como la educación.

Los contenidos de la Tertulia de Doña Leonor

A continuación, se hace un análisis de la Tertulia de Doña Leonor y de sus contenidos, utilizando para ello el propio periódico como fuente primaria y también algunas publicaciones para comprobar las ideas que aparecen. En este apartado se resumen los temas tratados en cada uno de los días en que se publicó y se analizan estos asuntos, buscándoles una significación en función de las características históricas que se daban en aquel siglo. La Tertulia de Doña Leonor tuvo una periodicidad semanal y se publicó desde el 10 de octubre de 1791 al 15 de febrero de 1792. El objetivo de la Tertulia es ensalzar las virtudes del sexo femenino. Iguala la mujer al hombre y reivindica el acceso de las mujeres a la política, a la religión y a la educación. A lo largo de los distintos artículos se nos ofrece el ideal de mujer para la Ilustración. La primera carta de las mujeres de la Tertulia al Diario está firmada por doña Leonor y comienza así:

“(...) A consecuencia de haberse sumergido en el olvido la correspondencia de las señoras de la Quinta de Flora, según hemos visto en los Diarios antecedentes, y deseando dar a conocer que entre las damas hay talentos que si no exceden, pueden competir con los de los señores hombres, siendo capaz el delicado sexo de todo cuanto en el día es peculiar al varonil, sin salir de nuestra ciudad de Valencia, hemos determinado formar nuestra Tertulia en este invierno, y sin dar lugar a que nos acusen la rebeldía como a las otras, remitiremos a Vmd. aquellas producciones que conozcamos algún mérito, ya en prosa, ya en verso, siendo lugar que (con el beneplácito de Vmd.) tengan lugar en el periódico, lo menos una vez cada semana[16] (...)”.  

La Tertulia de Doña Leonor brinda claramente cuál fue el papel de la mujer en la sociedad en opinión de los ilustrados. Esta sección hará un repaso por las más ilustres de la historia. Partirá de la dominación romana y acabará en el siglo XVIII. Si escarbamos en el discurso, podemos comprobar como, al tiempo que intenta resaltar las virtudes y cualidades de la mujer, va mostrando cuáles son los principales defectos de la sociedad en la que viven.

El planteamiento ilustrado de la Tertulia se descubre en un doble sentido. Por un lado, sus textos instruirán a los lectores en la historia, al hacer un repaso de los acontecimientos en los que las mujeres fueron las protagonistas. Por otro lado, transmitirá, como ya hemos señalado, el ideal de mujer de la Ilustración. A lo largo de los diferentes artículos que se insertarán semanalmente se hablará de mujeres que han destacado por su validez para gobernar los pueblos con más inteligencia que los hombres, por ser intérpretes de los deseos de los dioses, por su desprecio a la muerte y por su valentía en la guerra, y por proteger ante todo su honor.

El valor de las mujeres se representará por su desdén respecto a la muerte. Se expondrán los casos de aquellas que han perdido la vida para proteger sus pueblos y su patria. Sólo hay una cosa que se antepone a la valentía: el honor, una de las virtudes más preciadas para la mujer de la época.

Los autores de la Tertulia quieren demostrar las capacidades de la mujer para acceder a todas las esferas de la vida cotidiana, en las que no sólo se incluye la educación y la cultura, sino también la religión y la política. Este último punto avala el progresismo de la Tertulia, ya que la mayoría de los ilustrados defendían el acceso de las mujeres a la educación, a las artes y a las ciencias, pero no a la política. Éste era un terreno que estaba totalmente prohibido para ellas. No obstante, en este momento se alzaban las primeras voces en Francia que pedían que se reconociesen los derechos de la mujer, en lo que serían los primeros escarceos del movimiento feminista. Quizá fueron estas ideas las que calaron en los autores de la Tertulia.

Aunque no se conoce la identidad de los creadores de esta sección, se puede afirmar, por los textos, que se trataba de personas de la clase media-alta, que cultivaban las artes y las ciencias, que leían libros y que conocían los acontecimientos que estaban ocurriendo en el país vecino. No se sabe si eran hombres o mujeres. Como ya hemos comentado, todos los redactores del Diario eran hombres pero no sabemos si es cierto que se trataba de cartas que enviaban mujeres a la publicación y eran transcritas por los redactores.

Para la confección de las tertulias se utilizarán las obras de Mr. Thomas, de la Academia Francesa, y de Feijoo, entre otros autores. Esto indica que los artículos no se hacían al azar, sino que eran detenidamente estudiados para recoger los aspectos más interesantes de la historia de las mujeres. El hecho de que las principales referencias para estos artículos sean la obra de un francés y la de uno de los artífices de la Ilustración española corrobora una vez más los planteamientos ilustrados de la nueva sección y señala la influencia que tuvieron las publicaciones francesas en la Península Ibérica.

Tras analizar las hazañas que han protagonizado las mujeres en las diferentes épocas, los autores de la Tertulia harán una bibliografía en la que incluirán a los hombres que han alabado a estas “hiladoras” de la historia. Así, se reconocerá a estos escritores que se han preocupado por divulgar las heroicidades femeninas y se les dará a conocer entre el público de la Tertulia. Esta bibliografía es un ejemplo interesante de la enorme utilidad del Diario. Servirá para acercar estos libros a aquellos que no tienen recursos para “introducirse” en la cultura, pero sí pueden leer el Diario en los cafés o en las Sociedades Económicas de Amigos del País.

El tema de la educación será ampliamente tratado en las tertulias. Primero se ensalzará a aquellas mujeres sabias que han destacado por su conocimiento de los idiomas, las ciencias o las artes. Luego se criticará a aquellas que no se instruyen ni leen libros porque sus únicas preocupaciones son estar a la moda, lucir un bonito peinado o cultivar las relaciones sociales. De hecho, el mantenimiento del estatus social de la familia era una de las principales ocupaciones de la mujer de la clase alta. Retratará a la mujer del siglo XVIII como un objeto bello y disciplinado pero sin entendimiento. Sin embargo, en otro artículo se reconocerán las dificultades de acceso a la instrucción. En este sentido, señalará que hay muchos hombres que no permiten a las mujeres leer libros para que no muestren su talento, y hablará de los padres que no enseñan a leer a sus hijas para que no utilicen estos conocimientos para galantear con los jóvenes.

La última tertulia es reveladora. En ella se recogen todos los defectos de la mujer de la época, y los autores descubren a su ideal, que encaja con las ideas ilustradas. En primer lugar, despreciarán el lujo y la ostentación, porque consideran más importante la bondad que la reputación. Por esta razón, la mujer ideal sería la que ahorrase los gastos superfluos y los donase a los más pobres. Con esta crítica, la Tertulia se refiere a las mujeres que gastan todo su dinero en estar a la moda y en mantener su rango social. También reiterará la importancia de leer libros y de cultivar la filosofía y las letras. En cuanto a sus tareas como esposa, la mujer perfecta será sencilla y se dejará llevar por sus instintos maternales, cumpliendo con sus obligaciones como ama de casa y amamantando a sus hijos. Los autores destacarán este aspecto porque la mayor parte de las mujeres de la nobleza no daban de mamar a sus hijos, ya que encargaban esta tarea a nodrizas. Los ilustrados defendían que esto lo hicieran las madres. También vuelve sobre el honor, que en la mujer significa buenos modales, compostura y sinceridad. Valorarán los autores a aquellas que defienden a sus amigas y no son hipócritas, quizá porque la hipocresía era común en los ambientes sociales en los que importaba la moda, la frivolidad, el lujo, la vanidad y la ostentación. Se recuerda, probablemente, en qué se convirtieron algunos salones en los que se producían reuniones sociales y tertulias, que fueron centros de intercambios sexuales y no de conversaciones instructivas. Por último, se aconsejará a la mujer que busque en el hombre la amistad honesta y no el sexo. Recogemos a continuación algunos fragmentos de esta última tertulia, publicada el día 15 de febrero de 1792:

            “(...) Es cierto que en tal estado sería menos activa la sociedad, pero también sería más dulce la vida interior y sin tantos sinsabores entre las familias. Hablaríase menos de galanuras, sin que por eso dejase de parecer bien la hermosura. Sería los días puros y tranquilos... pero ¿es posible que una imagen tan dulce como ésta no haya de ser tal vez más que mera ilusión? ¿Es posible que en toda esta sociedad vana y turbulenta no haya de haber albergue para la simplicidad y la dicha? (...)”.

“(...) Sería estimable la mujer que en el estrado y la visita tuviese valor para defender a su amiga, confesándola o reconociéndola por tal después de haberla oído calumniar, aun cuando supiese que no había de llegar a su noticia, la que no se ahorrase con los hombres viles aun cuando estos ténganle mayor valimiento, sino que estimando la virtud, aborreciendo el vicio y reservando su ternura para la honesta amistad, tuviese el ánimo de publicar un modo de pensar tan noble y extraordinario[17] (...)”.

Tras estas apreciaciones, vemos como la Tertulia de Doña Leonor cumplió varias funciones dentro del Diario. Fue una sección que sirvió para divulgar la historia de la mujer, que dio a conocer una serie de libros y los resumió entre los lectores, que fue un reflejo de la mujer del siglo XVIII y de sus defectos y de sus virtudes, y que fue un centro de difusión de las ideas ilustradas en torno a las féminas.

El trabajo termina con un apartado en el que se contemplan unas conclusiones, las referidas al nacimiento del Diario de Valencia y aquellas que se centran en la Tertulia de Doña Leonor. Las más relevantes se han enumerado en esta reseña.

También se incluyen unos anexos con las fotocopias del Diario de Valencia de los días en que se publica la Tertulia de Doña Leonor. El propósito es facilitar a los lectores el acceso a la fuente primaria, aunque, gracias a las nuevas tecnologías, esto es posible ya a través de Internet, ya que las páginas del Diario pueden consultarse en Internet en el Somni, colección digitalizada de fondos antiguos de la Universidad de Valencia.


NOTAS:

(1)         LAGUNA, A. y RIUS, I. El Diario de Valencia: Las crónicas del pequeño mundo. Comunicación y estudios universitarios, 1991, p. 83. Valencia: Fundación Universitaria San Pablo CEU.

(2)         LAGUNA, A.; MARTÍNEZ, F. A.; y RIUS, I. Razones de un nacimiento: el Diario de Barcelona. Treballs de Comunicació, 1993, Barcelona.

(3)         Prólogo del Diario de Valencia, 1 de julio de 1790.

(4)         DÍEZ, F. La Valencia de fines del siglo XVIII: Aspectos socioeconómicos en los inicios del periodismo local. En Dos-cents anys de premsa valenciana. Actes del I Congrés de Història del Periodisme Valencià. Valencia: Generalitat Valenciana, 1992, p. 394.

(5)         PIQUERAS, J. A. Prensa y burguesía en la Valencia del siglo XIX.  En Dos-cents anys de premsa valenciana. Actes del I Congrés de Història del Periodisme Valencià. Valencia: Generalitat Valenciana, 1992, p. 59.

(6)         LAGUNA PLATERO, A. Historia del periodismo valenciano: 200 años en primera plana. Valencia: Generalitat, 1990,  p. 38.

(7)         BILBAO, J. El Diario de Valencia: luces y sombras: 1790-1800. Valencia: Fundación Universitaria San Pablo, 1994.

(8)         BILBAO, J. El diario de Valencia... Op. Cit, p. 68-75.

(9)         Diario de Valencia, 20 de junio de 1791.

(10)     Diario de Valencia, 20 de junio de 1791.

(11)     Historia del trabajo en las mujeres: siglo XVIII. En: La mujer en los sindicatos; la fuerza del futuro: Día Internacional de la Mujer Trabajadora, 8 de marzo de 2003 [en línea]. Madrid: FSP-UGT, 2003. http://www.ugt.es/fspmadrid/igualdad/8marzo/sigloxviii.htm [consulta 25-09-03].

(12)     Vida cotidiana en el siglo XVIII. En: Arte e Historia [en línea]. Madrid: Ed. Dolmen, 2001. http://www.artehistoria.com [consulta 10-07-03].

(13)     Historia del trabajo de las mujeres... Ob. Cit.

(14)     La educación de las mujeres en el siglo XVIII. En: Arte e Historia [en línea]. Madrid: Ed. Dolmen, 2001. http://www.artehistoria.com [consulta 10-08-03].

(15)     Canales de difusión de la cultura en el siglo XVIII. En: Arte e Historia [en línea]. Madrid: Ed. Dolmen, 2001. http://www.artehistoria.com [consulta 10-08-03].

(16)     Diario de Valencia, 10 de octubre de 1791.

(17)     Diario de Valencia, 15 de febrero de 1792.

 

OTRA BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

·         AGUILAR PIÑAL, F. La prensa española en el siglo XVIII: Diarios, revistas y pronósticos. Madrid: CSIC, 1978.

·         ANDERSON, B. S. y ZINSER, J. P. Historia de las mujeres, una historia propia. Barcelona: Crítica, 2 vols., 1991.

·         BLASCO, R. La premsa al país valencià (1790-1983): Cataleg bibliogràfic de les publicacions periòdiques aparegudes al País Valencia desde 1790 fins els nostres dies. Valencia: Institut Alfons el Magnánim, 1983.

  • CONDORCET, J. A. La ilustración olvidada: la polémica de los sexos en el siglo XVIII. Barcelona: Anthropos, 1993.

·         DE LA FUENTE, M. y ABAD, B. La mujer española (1808-1868) [en línea].

http://centros5.pntic.mec.es/ies.parque.de.lisboa/alumnos2001/index.html [consulta el 10-09-03].

·         DE PABLO, S. Historia de la comunicación, artículos en revistas de investigación (1995) [en línea]. Revista de Estudios de comunicación, diciembre, 1996.

http://www.ehu.es/zer/zer1/22revpabl.htm [consulta 30-08-03].  

  • Dos-cents anys de premsa valenciana. Actes del I Congrés de Història del Periodisme Valencia. A. Laguna y A. López (eds). Valencia: Generalitat, 1992.
  • FRANCH R. Crecimiento comercial y enriquecimiento burgués en la Valencia del siglo XVIII. Valencia: Institució Alfons el Magnanim, 1986
  • Las Provincias diario de Valencia: Almanaque para el año 1871: regalo a los suscriptores. Valencia: Imp. de Domenech, 1870.

·         LONDOÑO, P. Las publicaciones periódicas dirigidas a la mujer, 1858-1930. Boletín cultural y bibliográfico [en línea], número 23, volumen 27, 1990.

http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/boleti5/bol23/publica.htm [consulta 20-09-03].

  • OCAÑA AVIAR, J. C. Sufragismo y feminismo: la lucha por los derechos de la mujer 1789-1945 [en línea].

http://clio.rediris.es/udidactica/sufragismo2/revfran.htm [consulta 10-08-03].

  • BALLARÍN, P.; BIRRIEL, M.; MARTÍNEZ, C.; y ORTIZ, T. Las mujeres y la historia de Europa [en línea].

http://www.helsinki.fi/science/xantippa/wes/wes21.html [consulta 6-09-03].

  • POZZI, G. Opiniones sobre las mujeres publicadas en la prensa del siglo XIX [en línea].

http://www4.gvsu.edu/pozzig/escritoras_espanolas/Textos/otros_textos.htm [consulta 20-09-03].

  • RODRIGO, R. La prosa del siglo XVIII [en línea]. http://www.uv.es/~ricardor/La_prosa_del_siglo_XVIII.doc [consulta 10-09-03].
  • SALVADOR, E. El nacimiento del diario de Valencia, 1790: Sus principios fundacionales como reflejo de la mentalidad de una época. Estudis, nº 2, 1974. Valencia: Universidad.
  • TRAMOYERES, L. Catálogo de los periódicos de Valencia. Revista de Valencia, 1880-1881. Valencia: Imp. Domenech.

 



[1] LAGUNA, A. y RIUS, I. (1991)

[2] LAGUNA, A.; MARTÍNEZ, F. A.; y RIUS, I. (1993)

[3] Diario de Valencia, 1 de julio de 1790

[4] DÍEZ, F. (1992)

[5] PIQUERAS, J. A. (1992)

[6] LAGUNA PLATERO, A. (1990)

[7] BILBAO, J. (1994)

[8] Ibíd.

[9] Diario de Valencia, 20 de junio de 1791

[10] Ibíd.

[11] Historia del trabajo en las mujeres: siglo XVIII. (2003)

[12] Vida cotidiana en el siglo XVIII. (2001)

[13] Historia del trabajo... Ob. Cit.

[14] La educación de las mujeres en el siglo XVIII. (2001)

[15] Canales de difusión de la cultura en el siglo XVIII. (2001)

[16] Diario de Valencia, 10 de octubre de 1791.

[17] Diario de Valencia, 15 de febrero de 1792.