Los medios de comunicación, la cultura, la educación y el aprendizaje

Juan Tomás Frutos

Texto enviado por el autor a Infoamérica.

 

 

Los Medios de Comunicación y la Educación constituyen un binomio inseparable desde el punto de vista del periodismo y de la información como vehículos de socialización y de mejora espiritual e intelectual. Desde la perspectiva de la educación, y si nos plantearnos la directa influencia de los medios de comunicación en la sociedad actual, se contempla la enseñanza como una alternativa para poder superar el dominio al que estamos sometidos (no debemos dejar de puntualizar que este “dominio” es, en parte, voluntario y consentido).

Está claro que existe una abusiva presencia de los medios de comunicación audiovisuales en los más variados espacios de nuestra vida. Hasta las relaciones familiares y con los amigos se encuentran muchas veces mediatizadas por la inconsciente actuación de los medios. Lo más grave es que la mayor parte de la población no toma (no tomamos) conciencia; y la actitud ante los “mass-media” es totalmente pasiva y sumisa, casi como la de los siervos y los esclavos ante el poderoso señor, en este caso disfrazado de “dios mediático y/o audiovisual”.

Es cierto que la mayoría de las veces no somos más que meros receptores pasivos que en ningún momento nos planteamos reaccionar ante las manipulaciones ideológicas que la comunicación audiovisual lleva consigo. Nos dejamos distraer, y basta. Lo que debemos hacer no es considerar a los medios como la “bestia negra” de nuestra sociedad, sino todo lo contrario: debemos ser conscientes de las propiedades que los mediosaudiovisuales tienen para el desarrollo de las personas. Es obvio que cada una de estas empresas en sus diversas modalidades tiene un lenguaje específico y propio que es necesario conocer y dominar para poderlo, de manera paralela, entender, interpretar y utilizar.

Compatibilizar la educación con los “medios”

Es imprescindible que la educación en general y el colegio en particular afronten el reto de enseñar y de incorporar en su currículo la EDUCACIÓN para la COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL, y no sólo para que los alumnos estén atraídos por los medios sino como beneficio para todos, en general, como futuros consumidores de medios audiovisuales que somos. Educadores inexpertos y expertos no educadores son dos binomios abocados al fracaso. El éxito de esta enseñanza está, a nuestro entender, en intentar crear entre los dos grupos antedichos unos productos y unas pautas de trabajo que al final resulten atractivos para quien, en definitiva, tiene que prepararse para recibir la avalancha informativa, sobre todo de los medios de comunicación: nos referimos al alumno.

Debemos hacer hincapié en los parámetros formativos partiendo de la base de que la media de los ciudadanos delante del televisor sobrepasa las 3 horas diarias, esto es, ronda los 200 minutos. Por ello barajamos los siguientes consejos, que indican que veríamos mucho mejor la televisión si:

1.-Aprovecháramos sus posibilidades de comunicación y de socialización enla familia y en la escuela.

2.-Se diferenciaran claramente los contenidos informativos y formativos de aquellos otros que tienen que ver con la publicidad.

3.-Las instituciones se dotaran de organismos de vigilancia y de control de la normativa existente sobre televisión.

4.-Desde todas las instituciones se promoviera más la formación audiovisual de padres, de niños y de profesores.

5.-No utilizáramos la televisión como madre o niñera.

6.-Aprendiéramos a utilizar el enorme potencial que tiene para la educación o el entretenimiento de los niños.

Evidentemente, para que estos consejos funcionen, no deben ser asumidos como parte de un manual de prácticas saludables para enseñar a ver la televisión. La pretensión ha de ser el abrir un foro de debate sobre lo contraproducente que puede llegar a ser el consumo indiscriminado de la televisión en general para concienciar a los padres y a los profesores de lo necesario que es que conozcan con antelación la programación. Es preciso mantener una actitud crítica respecto a los programas de televisión ya que ellos son los que promueven, por la propia dejadez de los tutores, los estereotipos y los modelos sociales inadecuados para los más jóvenes de nuestra sociedad, e incluso para aquellos que no lo son tanto. La tarea es de todos.