LA REVISTA DE LA ASOCIACIÓN DE RADIO Y TELEVISIÓN DE MURCIA,

DOCE AÑOS DE HISTORIA AUDIOVISUAL

 

Las publicaciones impresas son a menudo las únicas referencias de un pasado reciente. En múltiples ocasiones, con otros complementos informativos procedentes de los más diversos soportes, suponen una contribución impagable al conocimiento de la intrahistoria. Cuando esto ocurre en la difusión del acontecer de los medios periodísticos, constituyen un auténtico baluarte y son importantes hitos históricos que hemos de conservar y de dar a conocer. Es el caso que nos ocupa: hablamos de la única revista audiovisual que ha tenido la Región de Murcia hasta ahora.

 

Volvamos unos años atrás. La Asociación de Radio y Televisión de la Región de Murcia se creó en la década de los 90 como extensión de la Federación Nacional y buscando consolidarse en la realidad y en los anhelos murcianos. La primeros quince años fueron especialmente ilusionantes, y, en paralelo, difíciles. Los comienzos nunca son fáciles. Fue un período en el que se luchó por defender los derechos de los profesionales de los medios de comunicación de la Región. Para ello, la asociación contó, durante sus primeros doce años, con un órgano de expresión, su revista. Principalmente, y de este modo lo debemos destacar, la publicación ha sido eso, el altavoz de todos los profesionales que han querido manifestar sus opiniones sobre la labor que realizan cada día.

 

En un primer momento, la revista de la ARTV fue tan sólo una vía interna de comunicación, esto es, la publicación de la Asociación. El director era el mismo presidente de esta entidad en cada momento. Ni siquiera se le dotó de una cabecera que le diera una identidad propia. De hecho, en la portada se podía ver el tema más destacado que luego aparecería en la revista y el logotipo de la Asociación, así como la fecha, el número de la publicación, etc. La fotografía, el dibujo y el titular estaban configurados con un especial deseo de llamar la atención, y de presentar lo que era el asunto estelar al mismo tiempo. Como decimos, la cabecera era la misma denominación de la Asociación. Pero con los años, esto y otras cosas irían evolucionando.

 

 Desde el primer número, observamos que predominan en la revista los artículos de opinión, los comentarios y las visiones o perspectivas de los profesionales del sector. La mayoría de las secciones no son fijas, sino que se van adaptando a los contenidos, o, más bien, a las colaboraciones más o menos altruistas que se van registrando. Sí, y conviene destacarlo, se repiten en las primeras revistas las secciones de cine, y las dedicadas a la asociación, a la medicina y a la cocina. Todos los artículos están escritos por colaboradores y se trata, sobre todo, de temas atemporales, aunque siempre se intenta dar una cierta nota de actualidad con alguna noticia.

 

            Las actividades que organiza la Asociación siempre aparecen en la revista. Para ello se crea. Por lo tanto, parece algo lógico. En este sentido, será un espejo del dinamismo del colectivo, preocupado, sobre todo, por la formación y el empleo, como bien se resalta. Desde sus inicios, organizará debates y cursos, que tendrán su reflejo en las diversas ediciones, no muchas, de esta publicación.

 

            La portada del número 3 de la revista, por poner un ejemplo de las atenciones que tenía a los cambios estructurales de cada momento y de cada empresa periodística, estará dedicada al entonces nuevo director de TVE en Murcia, Manuel Muñoz, quien en una extensa entrevista tendrá la oportunidad de contar sus proyectos. Los problemas de la radio y la televisión pública tienen un importante eco, igualmente, en la revista. Esto se debe a que gran parte de los miembros de la asociación son (entonces, como decimos) trabajadores de la empresa pública y colaboradores habituales de la publicación.

 

            La vinculación entre los contenidos de la revista y los medios de comunicación públicos se reflejará en los artículos, en los que a menudo se habla de los problemas de los trabajadores de estas empresas, de los cambios que se experimentan en su organización o incluso lo percibiremos en la misma difusión que se hace de algunos programas de TVE. Prácticamente la mitad de los contenidos provienen de estos profesionales. La década de los años noventa todavía tenía una preponderancia de estos medios en el número de personas empleadas.

 

Brindó el panorama audiovisual de cada etapa

 

            La revista hace, asimismo, un seguimiento exhaustivo de los cambios en los cargos directivos de las radios y televisiones de la Región y siempre está al tanto para realizar entrevistas a los nuevos directores, quienes manifiestan sus prioridades y objetivos en cada momento o etapa.

 

            En 1993, la revista comienza a incluir las cartas de los asociados, una sección que no tendrá mucho eco, pues siempre se pedirá más colaboración desde las páginas de la publicación. La falta de movilización ya se palpaba en el sector. También aparece la sección de breves radiotelevisivos, en la que se recogerá lo más importante de la actualidad mediática. Cuando leemos las páginas de los diversos números, nos damos cuenta de cómo fue incluso la intrahistoria de estos medios, con cuestiones, por así decirlo, de tono menor, pero que en su día eran importantes para los propios trabajadores, haciendo, en ese sentido, la revista de un instrumento de comunicación interna. Es interesante destacar la inclusión de recortes de prensa en la revista en los que aparecían noticias sobre medios de comunicación, sobre su actualidad, acerca de su acontecer, que se transcribían literalmente de otras publicaciones.

 

            Una de las deficiencias de la revista será, precisamente, su periodicidad irregular. A pesar de que se denomina como publicación trimestral, los números aparecerán sin seguir ningún tipo de orden. Además, seguramente por la falta de colaboradores, los temas de actualidad se intercalarán con otros que nada tienen que ver con el Periodismo.

           

            En las revistas tendrán reflejo, como no podía ser de otro modo, los logros que va consiguiendo la Asociación. Hay que destacar el eco que se le dio a la creación de una oficina de empleo, con la que se pretendía dar trabajo a los profesionales de los medios de comunicación, así como el hecho de destacar los numerosos convenios con organismos públicos y educativos para impartir cursos o conseguir descuentos para los asociados. Era, pues, también una labor divulgativa la que ejercía esta publicación.

 

            Las historias de la radio y la televisión de la Región también aparecerán en la revista con frecuencia, mediante artículos de opinión o textos que intentan ahondar en los orígenes de los medios murcianos. Figuras señeras contribuirán a ello. Fue una buena labor la que ejerció esa publicación, sin duda. Además, habrá un intento de recopilar, de citar, de enumerar, los distintos medios que operan en la Región y, desde el principio, aparecerán en la revista listados de emisoras y de televisiones locales y municipales de la Región. Recordemos que era la época (también se da hoy en día) de las televisiones ilegales y alegales y de las emisoras piratas.

 

            En el año 1995, la revista experimentará nuevos cambios. Cambiará su cabecera y, a partir del número de junio, se llamará ‘Profesionales y medios’, bajo la dirección de Juan Tomás Frutos. Incluirá dos apartados fijos: el editorial y el sumario. A partir de este momento no habrá tantos artículos de opinión en la revista, sino más colaboraciones con artículos de contenidos más objetivos. La sección de ‘recortes de prensa’ pasará a llamarse ‘hemeroteca’. También se crea ‘Escapadas’, que será el rincón de la revista dedicado a las crónicas de viajes. En Junio del año 1.995, por ejemplo, aparece una dedicada a Jerusalem.

 

Es interesante hacer un punto y aparte para comentar los artículos de opinión que han aparecido en la revista en sus 12 años de existencia. Miguel Massotti, Alberto Castillo, Matías Sánchez Carrasco, Tomás Palazón, Elías Ros Garrigos, etc. Son muchos los que se plasman en unas páginas que se irán consolidando poco a poco.

 

La labor de la revista en formato papel de la que hablamos fue uno de los cimentos de la Asociación de Radio y Televisión en la Región de Murcia. Contribuyó de manera indudable a su difusión, a su conocimiento y a su consolidación. Hoy en día, su heredera es la recién creada Web de la Asociación. Sus posibilidades y su interactividad son inmensas. El camino está recientemente abierto, apenas explorado y explotado. Seguro que, como entonces, como en ese itinerario sucintamente esbozado, dará su óptima cosecha. Recordemos también que convendría realizar una edición facsímile de todas aquellas revistas en un formato que fuera sencillo de conservar.

           

Juan TOMÁS FRUTOS.