Los “dibujos” en TVE en Murcia:

una mirada a los años ochenta

 

            Un repaso a la realidad a menudo sorprende. Es el caso que nos ocupa. La primera década de TVE en Murcia estuvo llena de creatividad y de esfuerzo por y para salir adelante con los pocos o muchos medios que pudiera haber en cada momento, y siempre con el afán puesto como premisa de servir al público, para lo cual (conviene recordarlo) se creó el Centro Territorial en el año 1.980, si bien entonces difundía su señal desde el poste emisor de Aitana en Valencia. Dos años más tarde ya se haría desde Murcia.

 

            Los formatos de cine, de una y de dos pulgadas, aparte de las limitaciones que suponían a la hora de grabar, implicaban también menos operatividad en cuanto a las posibilidades de producción y de post-producción. Los tiempos de rodajes eran otros. Entonces, nos recuerda José Antonio Carrillo, “no podíamos filmar algo y tenerlo de manera instantánea, como ahora”. El video era, en aquella etapa, un sueño. De ahí que a menudo había que recurrir a las fotos de personajes que aparecían con más o menos recurrencia, y, en el caso de eventos, no tan repetidos quizá, o sí, incluso se pensaban y desarrollaban unos dibujos que hacían las veces, en algunos casos, del grafismo o la infografía actual. Eso se llama “inventiva”. De algún modo rompían, en ese momento, los tradicionales esquemas de brindar imágenes más o menos coetáneas y correspondientes a cuanto había ocurrido o solía acontecer. Había quien recurría a la tópica frase de que, en esa era, se hacía la “radio en colores”. No era exactamente así, pero lo entendemos, comprendemos, lo que se quiere expresar con esas tres palabras.

 

            Por supuesto, visto con la óptica de hoy era como ofrecer “radiodifusión coloreada”, puesto que las imágenes, tanto cuando eran fotografías, igualmente muy usadas, como cuando se trataba de dibujos, eran estáticas, es decir, no eran “frescas”, del día, no recogían dinamismo, esto es, lo que se realizaba era justo la antítesis de lo que ahora se pretende y se consigue, claro. Era otra televisión, aunque, eso sí, con el mismo talento y con las mismas ganas de hacer el mejor de los trabajos. El empuje que conllevaba el entusiasmo de esos albores televisivos murcianos suplía cualquier anomalía o deficiencia.

 

            Como quiera que es importante un repaso a lo que ha sido la historia de TVE en Murcia, amén de analizar e interpretar los diversos programas y espacios, así como los géneros que se han ido realizando, nos vamos a centrar en este artículo en los dibujos que durante casi una década, la de los ochenta, sirvieron para ilustrar diversos formatos de todos cuantos se emitieron en y desde el Centro Territorial de Murcia. Todos los programas, los informativos, los netamente formativos, que los había (concursos, espacios históricos, teatro…), como los de entretenimiento, usaban dibujos estáticos en láminas para ayudar a los presentadores, a los comentaristas, a los conductores de los diversos espacios. Se trataba de guías, de claves, de apoyos. Era una televisión de comienzos, con pocos recursos, y con una tecnología que no ayudaba tanto como ahora. Las fotos eran también un elemento recurrente de la pequeña pantalla.

 

Búsqueda de documentación

 

            Por la importancia que ha tenido, y tiene, TVE en Murcia estamos haciendo una labor de investigación seria y con garantías. La hacemos en diversos órdenes. Es el caso que nos ocupa también en este artículo, que se fija en los aspectos gráficos. No ha sido fácil recuperar una parte sustancial de ellos. Ya se sabe que el tiempo no juega a favor. El olvido, la evidente falta de uso, la interpretación por algunas direcciones de su inutilidad y el traslado de unas instalaciones a otras (desde Avenida de la Libertad hasta La Flota, en la ciudad de Murcia) han sido circunstancias que han supuesto que tengamos que ir buscando en diversas carpetas, cajas, armarios y enseres, hasta el punto de que, finalmente, y felizmente, hemos dado con una parte sustancial de aquellos dibujos que fueron realizados, y eso sí facilita las cosas, por el dibujante, pintor-artista y periodista Paco Hernández, a quien todavía podemos recurrir con el fin de subsanar algunas dudas sobre su divertido quehacer en aquel momento para TVE. En la actualidad es Redactor-Jefe de La Verdad.

 

            Hemos recuperado un total de 148 artículos. Es una cantidad relevante. Todo parece indicar que había más, pero está bien. Los hay de diversos temas. Todo ellos son realizados con lápices de colores sobre el mismo formato, el de la típica carpeta de dibujante, con un papel de textura acartonada, casi como de cartulina, pero menos satinado. El fondo de color blanco, con el paso del tiempo, ha sido sustituido por otro amarillento, lo cual es lógico dado que las condiciones de conservación no han sido las más óptimas.

 

            El tamaño de los personajes es siempre similar. No suele haber muchos protagonistas, de modo que, a simple vista, se pueda interpretar lo que aparece en la escena diseñada. Recordemos que, aunque el dibujo se mantenía ante la cámara durante un tiempo prudencial, no era recomendable, en aras de un oportuno entendimiento, una teatralidad un poco, o excesivamente, complicada o compleja, pues, en ese caso, podría no entenderse el sentido o el sesgo de lo planteado a una audiencia, antes como ahora, generalista, amplia, heterogénea, y, por anónima, desconocida en sus disparidades y apreciaciones.

 

            Entre los asuntos que se solían tocar estaba el deportivo, siempre con mucho humor. Se buscaba la hilaridad incluso en temas que tuvieran que ver con la política, con la economía o la justicia, algo que quizá hoy en día no se podría entender, o que no se entendería de igual modo. Ya se sabe que la ambigüedad que tiende a la risa sencilla, afectuosa, generosa y natural no siempre se puede entender, o se comprende, bien, esto es, puede darse el caso de alguien que malinterprete la intención del dibujante o del editor del programa o del informativo donde aparezcan las caricaturas. Eso, cuando menos, se evitaba. Nos parece bien que sea así.

 

Diversos temas

 

            Los asuntos festivos se repiten, como es el caso de las fiestas más o menos tradicionales, esto es, el fin de año, las ferias, las procesiones, etc. Se busca, en toda ocasión, un lado alegre, positivo y positivista, sin grandes compromisos, que las viñetas afectaran a todos, que generarán una jovialidad sencilla y compartida. La vida se observa simple y a color. Quizá no precisamos más.

 

            Narices alargadas, cuerpos graciosos, coches y casas llamativos pero con su punto de broma absurda, expresiones complacientes, “alargadas”, reflexivas incluso, intentando en todo instante arrancar un poco de perplejidad y un tanto de jocosidad… Esos son los dibujos que hallamos y que se ofrecieron en los años ochenta en los programas que hacía TVE en Murcia, que oscilaban, como ya hemos señalado, desde los meramente informativos a los que tenían que ver con el deporte, con la cultura, con la sociedad del momento, con los eventos económicos, con las crisis, con todo aquello que era noticia entonces… Nada se escapaba.

 

            Reiteramos que con estos dibujos se rompía un poco la monotonía, se hacía una interpretación llamativa de un acontecimiento destacado, como puede ser el hecho de que hubiera tocado la lotería en alguna localidad murciana; y se evitaba de esta guisa recurrir a imágenes más o menos genéricas que no aportaban nada decisivo a aquello que se estaba narrando. Incluso se utilizaban para “romper”, como se dice en el argot televisivo, una entrevista que se hubiera extendido en el tiempo y que necesitara llamar un poco más la atención del telespectador (se intercalaban imágenes de estos dibujos).

 

            La calidad de los dibujos es extraordinaria, espectacular. Su trazado es sencillo, pero preciso, coherente con el contexto en el que se ofrecen estas viñetas. Las dimensiones son idóneas para difundir “estos trabajos” a través de las cámaras y de las pequeñas pantallas de cada casa. No son simples. Tienen su garra, su trapío, y, de un modo moderado, llegan al telespectador generalista, que en esa etapa, eran prácticamente todos los murcianos y murcianas. Es obvio: no había competencia de otras televisiones.

 

            Recuerda el trazo, y, fundamentalmente, las expresiones, a los “comics”, a los tebeos de cuando éramos pequeños. Los gestos, los movimientos, las interpretaciones y, por supuesto, los temas tratados son de amplio conocimiento y de una inmejorable interpretación por parte de todos. No cabe el error a la hora de asumir lo que intentan trasladar al telespectador. Ya se comprendía, en el lenguaje audiovisual de entonces, que no había que ser enrevesado, de modo que todo el mundo, cualquier tipo de persona que mirara la televisión, supiera lo que estaba viendo y lo que se le quería contar. Estamos convencidos de que tanto en el ánimo del diseñador, de Paco Hernández, como en el de los responsables o editores de contenidos estaba esta apreciación o conceptualización.

 

Un método artesano, pero efectivo

 

            La verdad es que el logro es formidable, y nadie lo puede poner en tela de juicio. Se conseguía lo que se pretendía, sin lugar a dudas. Era un método artesano, pero sumamente eficaz y eficiente. Cuando comentas con los profesionales de entonces o con las audiencias te ratifican tal aseveración. Además, al mismo tiempo entretenía, aparte de informar, claro está. Es verdad que no conseguía dinamismo, y que ahora nos parecería impensable su utilización, salvo que fuera de manera excepcional, pero lo cierto es que entonces era “el no va más”, por nuevo, por innovador, por original, y embellecía el producto final. Cuando hablamos con algún ciudadano que recuerda aquella estrategia así lo dice. Insistamos en ello.

 

            Hay un valor añadido más, y es que, al contrario de los “comics” o tebeos, en este caso, en una sola página, por así decirlo, estaba la historia completa. Eso era lo habitual, si bien hay alguna ocasión en que aparecen series de tres o más escenas, que se complementan entre sí. Había, por utilizar un símil, una historia con un principio o planteamiento, con un desarrollo o pequeño esbozo de lo que era lo crucial de la trama, y un final o conclusión a modo de moraleja o lección. Todo, como se ve, muy didáctico. Era una tele que creía y difundía a la manera de servicio público.

           

            Vamos a estudiar durante los próximos meses los dibujos que aún tenemos físicamente con el fin de conseguir unas mayores consideraciones sobre las pautas y fines que estas viñetas ofertaban o encerraban. Todo ello aparecerá en un trabajo de investigación que también aportará los propios diseños para que el lector pueda hacerse una idea más aproximada y apropiada de lo que le estamos contando.

 

            En esta modernidad en la que estamos hoy en día, con unas ingentes posibilidades en cuanto a recursos técnicos y tecnológicos, así como de captación, edición y difusión, sin olvidar la conservación, parece casi increíble esa televisión de pocas opciones o instrumentos materiales, aunque sí cargada de elementos creativos y con el anhelo de puesta en valor de contenidos en general. En poco tiempo se han dado pasos de gigante que apenas nos permiten recordar los puntos de partida, unos puntos que es preciso tener en cuenta como reconocimiento a los que han sido y estado como pioneros. Ellos nos pueden servir de muestra y de referencia de los enormes avances de un medio masivo que está en un permanente reciclaje y progreso. De la tele que usaba dibujos hasta hoy en día se han dado saltos a un ritmo desorbitado. Y más que se darán. Seguiremos hablando de ello. Mirar al pasado es garantía de equivocarnos un poco menos en el futuro.

 

            Juan TOMÁS FRUTOS.